Novedades de la ciencia: Los canales de líquido alterados en el cerebro pueden estar relacionados con el diagnóstico del trastorno del espectro autista, sugiere un estudio financiado por los NIH

Martes, Enero 9, 2024
Dos niños sentados a la mesa. Uno inserta una pieza en un rompecabezas mientras el otro observa.
Crédito: Imagen de archivo

Las exploraciones que trazan la distribución del líquido dentro del cerebro durante la infancia podrían predecir el desarrollo posterior del trastorno del espectro autista (TEA) y el riesgo de desarrollar problemas de sueño relacionados con el TEA, sugiere un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud.

Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética para detectar el líquido cefalorraquídeo, que baña el cerebro y la médula espinal. A los 24 meses de edad, los niños con espacios perivasculares agrandados (espacios llenos de líquido que rodean pequeños vasos sanguíneos en el cerebro) tenían un mayor riesgo de un diagnóstico de TEA y mayores posibilidades de sufrir problemas de sueño relacionados con el TEA entre los 7 y 12 años.

El estudio fue realizado por Dea Garic, Ph.D., y Mark Shen, Ph.D., de la University of North Carolina School of Medicine [Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte], y sus colegas. Aparece en JAMA Network Open. El financiamiento provino del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de los NIH.

Antecedentes

Estudios anteriores indican que los espacios perivasculares son importantes para eliminar los productos de desecho del cerebro. En las personas mayores, el mal funcionamiento de este proceso de eliminación se asocia con ciertos trastornos neurológicos y deterioro cognitivo. Otros estudios en adultos mayores han relacionado el agrandamiento de los espacios perivasculares con problemas para dormir.

Un estudio anterior sugirió que los niños con espacios perivasculares agrandados pueden tener cinco veces más probabilidades de tener retrasos en el desarrollo y 12 veces más probabilidades de tener problemas psiquiátricos. Otros estudios sugieren que los espacios perivasculares agrandados son más comunes en niños con TEA, pero estos estudios incluyeron solo un pequeño número de niños. Además, los estudios detectaron espacios perivasculares agrandados en niños ya diagnosticados con TEA y no pudieron determinar si el agrandamiento precedió al diagnóstico.

Para el estudio actual, los investigadores buscaron determinar qué tan temprano comienza el agrandamiento del espacio perivascular en el cerebro y si está asociado con un diagnóstico de TEA y problemas de sueño. Analizaron datos de un estudio en el contenido de Inglés Notificacion de salida en curso de niños en riesgo de TEA porque tienen un hermano mayor diagnosticado con TEA.

Clasificaron a los participantes en tres grupos, según su probabilidad de desarrollar TEA. Los primeros (aquellos que tenían un hermano con TEA y que luego desarrollaron TEA ellos mismos) fueron designados como positivos de alta probabilidad. Aquellos que tenían un hermano con TEA pero que no desarrolló TEA tuvieron una alta probabilidad y fueron designados como negativos. El grupo de control (aquellos cuyos hermanos no tenían TEA y que no desarrollaron TEA) fueron designados como negativos y de baja probabilidad.

Resultados

Se incluyeron en el análisis un total de 311 participantes. Los participantes con espacios perivasculares agrandados tenían más del doble de posibilidades de desarrollar un TEA, en comparación con otros participantes que también tenían un hermano mayor con TEA. Del grupo positivo de alta probabilidad, 21 (44,7%) tenían espacios perivasculares agrandados a los 24 meses, en comparación con 48 participantes (26,7%) en el grupo negativo de alta probabilidad y 22 participantes (26,2%) en el grupo de control.

Los espacios perivasculares agrandados a los 24 meses se asociaron con un mayor volumen de líquido cefalorraquídeo extraaxial (entre el cerebro y el revestimiento interno del cráneo) entre los 6 y 24 meses y una mayor probabilidad de problemas de sueño entre los 7 y los 12 años.

Datos relevantes

Los investigadores plantearon la hipótesis de que la presencia de exceso de líquido cefalorraquídeo puede indicar que el líquido circula más lentamente de lo que debería, lo que podría provocar que el espacio perivascular se ensanche. Los hallazgos pueden conducir a un diagnóstico más temprano de TEA en niños, lo que permitirá a los médicos intervenir y mejorar las posibilidades de obtener resultados exitosos.

Referencia

Garic, D, et al. Enlarged perivascular spaces in infancy and autism diagnosis, cerebrospinal fluid volume, and later sleep problems. JAMA Network Open. 2023.