Novedades de la ciencia: Los adolescentes que asumen riesgos positivos tienden a ser menos impulsivos y a estar más conectados a la escuela, sugiere un estudio financiado por los NIH

Viernes, Mayo 22, 2020
Chicos y chicas adolescentes, sentados en una mesa larga, completando un formulario con lápices.
Crédito: Imagen de archivo

Los adolescentes que asumen riesgos positivos, como inscribirse en un curso desafiante o iniciar una nueva amistad, tienden a estar más involucrados en la escuela y menos propensos a actuar impulsivamente, en comparación con aquellos que asumen riesgos negativos como beber alcohol o robar, según un estudio financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD), parte de los Institutos Nacionales de la Salud.

Curiosamente, los que asumieron riesgos positivos y negativos en el estudio obtuvieron una puntuación alta en las medidas de comportamiento de búsqueda de sensaciones: el deseo de buscar situaciones nuevas, diferentes y emocionantes. Las conclusiones tienen implicaciones para encontrar formas positivas de canalizar la tendencia natural de los adolescentes a los riesgos.

El estudio fue dirigido por Natasha Duell, Ph.D., de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Publicado en Child Development Perspectives.

Antecedentes

Los investigadores definieron los riesgos positivos como socialmente aceptables, que benefician el bienestar de un adolescente y que solo tienen consecuencias potenciales menores. Por ejemplo, no formar parte del equipo de fútbol de la escuela después de una prueba puede ser decepcionante, pero no amenaza la seguridad o la salud del adolescente. Por el contrario, los riesgos negativos pueden ser socialmente inaceptables e incluso ilegales, y tener consecuencias perjudiciales inmediatas o a largo plazo. Entre los ejemplos de posibles consecuencias negativas figuran una sobredosis de una droga ilícita o un accidente después de conducir a alta velocidad en un automóvil. La adopción de riesgos positivos puede infundir a los jóvenes la confianza necesaria para asumir nuevos desafíos y desarrollar resistencia después de los contratiempos.

En el estudio participaron 223 adolescentes de 16 a 20 años. Los investigadores les pidieron que calificaran en los últimos 6 meses la frecuencia con la que asumían riesgos positivos o negativos, como unirse a un nuevo club o actividad cuando no estaban seguros de que les gustaría, tomar una clase de una materia de la que no sabían nada, beber alcohol, fumar cigarrillos o mirar su teléfono mientras conducían. Los adolescentes también realizaron otras pruebas de conductas de riesgo, respondieron a cuestionarios diseñados para evaluar sus tendencias de búsqueda de sensaciones, impulsividad, determinación y participación en la escuela.

En una serie de pruebas, los adolescentes jugaron un juego de cartas simulado en el que se les pidió que sacaran una carta de una de las cuatro barajas para un total de 100 sorteos. Para cada sorteo, tenían la opción de no tomar una carta. Algunas cartas tenían un premio monetario simulado, mientras que otras tenían multas. Dos de las barajas estaban predeterminadas para la mayoría de los sorteos ganadores, mientras que dos estaban predeterminadas para la mayoría de los sorteos perdedores. Hacer más elecciones de las barajas ganadoras indica una tendencia a ser sensible a la posibilidad de obtener un premio, mientras que evitar elegir de las barajas perdedoras indica una tendencia a evitar el castigo.

Resultados

Los adolescentes que obtuvieron una puntuación alta al asumir riesgos positivos y negativos obtuvieron una puntuación alta en la búsqueda de sensaciones. Sin embargo, los que asumieron riesgos negativos fueron más impulsivos. Los que asumieron riesgos positivos también se sintieron más conectados a su escuela, en comparación con los que asumieron riesgos negativos.

En cuanto a la tarea de las cartas, los que asumieron riesgos positivos fueron menos sensibles a un premio: eligieron con menos frecuencia la baraja ganadora que los que tomaron riesgos negativos. Sin embargo, los que asumieron riesgos positivos también fueron más sensibles al castigo, ya que elegían con menos frecuencia la baraja perdedora.

Importancia

Los investigadores concluyeron que su estudio permitía conocer los procesos de toma de decisiones de ambos grupos y que sería útil para desarrollar intervenciones que animen la adopción de riesgos positivos.

De manera más inmediata, las escuelas podrían proporcionar oportunidades para que los estudiantes asuman riesgos positivos, a través de actividades extracurriculares como deportes, teatro, periodismo estudiantil y gobierno estudiantil, dijo la Dra. Duell. Del mismo modo, las escuelas también podrían ofrecer la oportunidad de tomar clases avanzadas y más oportunidades de participación en clase. Aunque todas estas actividades pueden presentar el riesgo de un posible fracaso, ofrecen la oportunidad de desarrollar habilidades, como el trabajo en equipo y el establecimiento de objetivos, y fomentar las interacciones con los compañeros.

Referencia

Duell, N and Steinberg, L. Differential correlates of positive and negative risk taking in adolescence. Journal of Youth and Adolescence. 2020.

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