El tiempo de pantalla antes de acostarse puede afectar a los niños de manera diferente, dependiendo de si tienen un rasgo de personalidad particular, según sugiere un estudio financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver. El uso nocturno de los medios electrónicos estuvo relacionado con menos horas de sueño en los niños que obtuvieron una puntuación más baja en una medida de control estricto: la capacidad de anular los impulsos inadecuados, enfocarse en la atención y completar las tareas difíciles. Por el contrario, el uso de pantalla a la hora de acostarse no estuvo relacionado con la reducción del sueño en los niños que obtuvieron una puntuación alta en el control estricto.
Aunque se puede ayudar a los niños a desarrollar su propio control estricto, los investigadores dicen que sería más productivo ayudar a establecer buenos hábitos de uso de pantalla y rutinas de sueño antes de la adolescencia, cuando los padres comienzan a tener menos influencia sobre los hábitos de sueño de sus hijos.
El estudio fue realizado por Kathryn Lemery-Chalfant, Ph.D., de la Universidad Estatal de Arizona, y sus colegas. Aparece en Psychological Science.
Antecedentes
En estudios previos, se ha asociado el uso de los medios electrónicos de los niños y adolescentes cerca de la hora de acostarse con diferencias en la cantidad, la calidad y el tiempo de sueño. Los autores querían examinar si esta relación variaba según las características de los niños. Realizaron el estudio actual para determinar si las diferencias en el control estricto podrían influir en el sueño después del uso de los medios antes de acostarse.
Los investigadores hicieron un seguimiento de los patrones de sueño de 547 niños de 7 a 9 años de edad durante una semana. Todos los días, los padres registraban en diarios los horarios en que sus hijos se acostaban y se despertaban, y los horarios en que usaban pantallas. Las actividades en los medios consistían en usar una computadora de escritorio o portátil, mirar televisión, jugar videojuegos o usar teléfonos o tabletas para juegos o Internet. Los niños usaban actígrafos: dispositivos similares a relojes de pulsera que rastreaban sus movimientos y la luz ambiental. Al rastrear la inactividad nocturna, los investigadores calculaban cuánto tiempo dormían los niños.
Los padres respondieron un cuestionario diseñado para calificar los rasgos de personalidad de sus hijos, incluido el control estricto. Las medidas de control estricto incluyeron el grado en que los niños podían hacer la tarea, aún cuando querían jugar, si se distraían fácilmente al escuchar una historia, y si les fue fácil esperar para abrir un regalo.
Resultados
En promedio, los niños durmieron 8 horas por noche y usaron medios antes de acostarse en un promedio de 5 de las 7 noches. Los que usaron medios antes de acostarse durmieron un promedio de 23 minutos menos por noche y se acostaron 34 minutos más tarde que los que no lo hicieron. Sin embargo, dadas las cantidades equivalentes de uso de los medios antes de acostarse, los niños que obtuvieron una puntuación alta en el control estricto durmieron 8 horas, y los que obtuvieron una puntuación baja durmieron 40 minutos menos aproximadamente.
Importancia
Los investigadores sugirieron que los niños con poco control estricto podrían tener dificultades para relajarse después de usar medios, y aún más dificultades para conciliar el sueño. Agregaron que, aunque se puede fortalecer el control estricto, este es una característica de la personalidad difícil de cambiar.
"En lugar de que los padres se pregunten cómo ayudar a sus hijos a regular mejor su comportamiento, pueden tratar de enfocarse en crear horarios de sueño y uso de medios más constantes", dijo la autora del estudio Leah Doane, Ph.D., de la Universidad Estatal de Arizona.
Referencia
Clifford, S., et al. Effortful control moderates the relation between electronic-media use and objective sleep indicators in childhood. Psychological Science. 2020.