La exposición al yodo utilizado para procedimientos médicos en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) puede aumentar el riesgo de hipotiroidismo congénito (pérdida de la función tiroidea) en un bebé, según un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud y otras instituciones. Los autores concluyeron que los bebés diagnosticados con hipotiroidismo congénito tras una estancia en la UCIN tenían niveles de yodo en la sangre más altos, en promedio, que los bebés que habían permanecido en la UCIN pero tenían una función tiroidea normal. Su estudio aparece en The Journal of Nutrition.
"Limitar la exposición al yodo dentro de este grupo de bebés siempre que sea posible puede ayudar a reducir el riesgo de perder la función tiroidea", comentó el primer autor del estudio, James L. Mills, M.D., de la División de Epidemiología del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD) de los NIH.
El hipotiroidismo congénito es una pérdida parcial o total de la función tiroidea. La tiroides, ubicada en la garganta, produce hormonas que contienen yodo que regulan el crecimiento, el desarrollo del cerebro y la velocidad de las reacciones químicas en el cuerpo. El tratamiento consiste en la terapia con hormonas tiroideas que debe comenzar dentro de las cuatro semanas posteriores al nacimiento, de lo contrario se puede producir una discapacidad intelectual permanente.
En los Estados Unidos, a todos los bebés se les realiza un examen de rutina para detectar esta afección al recolectar una pequeña muestra de sangre del talón del bebé y analizarla en busca de la hormona estimulante de la tiroides. Los bebés con un alto nivel de la hormona estimulante de la tiroides son remitidos para más pruebas.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron las manchas de sangre para determinar su contenido de yodo. Compararon los niveles de yodo en la sangre de 907 niños diagnosticados con hipotiroidismo congénito con los de 909 niños similares que no tenían esta afección. Esto incluyó a 183 bebés atendidos en la UCIN: 114 de ellos tenían hipotiroidismo congénito y 69 no lo padecían.
En general, los investigadores no encontraron diferencias significativas entre las concentraciones de yodo en sangre de aquellos que tenían hipotiroidismo congénito y aquellos en el grupo de control. Debido a que los niveles de yodo muy altos o muy bajos aumentan el riesgo de hipotiroidismo congénito, también examinaron a los bebés que tenían los niveles de yodo más altos y más bajos.
Los niños con hipotiroidismo congénito tenían más probabilidades de haber sido admitidos en una UCIN que aquellos sin hipotiroidismo congénito. Cuando los investigadores consideraron solo a aquellos bebés con una estancia en la UCIN, concluyeron que el grupo con hipotiroidismo congénito tenía niveles de yodo significativamente más altos que aquellos sin la afección que también tuvieron una estancia en la UCIN. Del mismo modo, aquellos con hipotiroidismo congénito y una estancia en la UCIN tuvieron un mayor nivel de yodo en sangre que los niños con la afección que no permanecieron en la UCIN.
Los investigadores no pudieron obtener información sobre los procedimientos médicos que los bebés pudieron haber recibido durante su estancia en la UCIN. Las soluciones de yodo se usan comúnmente como desinfectantes a fin de preparar la piel para procedimientos quirúrgicos u otros. Los bebés prematuros absorben el yodo con mayor facilidad a través de la piel que los bebés mayores. El yodo también se administra de forma interna para los procedimientos de diagnóstico por imágenes utilizados en bebés.
Los investigadores indicaron que los niveles más altos de yodo observados en los bebés con hipotiroidismo congénito y una estancia en la UCIN pueden haber resultado de la exposición al yodo durante un procedimiento médico. Debido a esta posibilidad, advirtieron al personal de la UCIN que use desinfectantes que no contengan yodo siempre que sea posible y que evite exponer a los bebés al yodo a menos que sea absolutamente necesario.
###
Acerca del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD): El NICHD lidera la investigación y la capacitación para comprender el desarrollo humano, mejorar la salud reproductiva, mejorar la vida de niños y adolescentes, y optimizar las habilidades para todos. Si desea más información, visite https://espanol.nichd.nih.gov.
Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): NIH, la agencia de investigación médica de los EE. UU., incluye 27 institutos y centros, y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. NIH es la principal agencia federal que realiza y apoya investigaciones médicas básicas, clínicas y traslacionales, y que investiga las causas, los tratamientos y las curas para enfermedades comunes y raras. Para obtener más información sobre los NIH y sus programas, visite https://salud.nih.gov.