Según sugiere un estudio de NIH, los contaminantes atmosféricos pueden aumentar el riesgo de trastornos de presión arterial relacionados con el embarazo

Viernes, Agosto 23, 2019
Una mujer embarazada se sienta en una camilla mientras un técnico mide su presión arterial.
Crédito: Imagen de archivo

La exposición a altos niveles de determinados contaminantes atmosféricos comunes al inicio del embarazo puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial inducida por el embarazo, según sugiere un análisis realizado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (National Institute of Child Health and Human Development, NICHD) Eunice Kennedy Shriver. Además, la exposición a una clase de contaminantes atmosféricos conocidos como compuestos orgánicos volátiles a mitad del embarazo puede aumentar el riesgo de preeclampsia, un trastorno potencialmente mortal del embarazo que afecta la presión arterial y la función renal.

El estudio fue realizado por Pauline Mendola, Ph.D., de la Rama de Epidemiología en la División de Investigación de Salud de la Población Intramural del NICHD. Aparece en Hypertension.

Antecedentes

La hipertensión arterial inducida por el embarazo, también conocida como hipertensión gestacional en el contenido de Inglés, puede aparecer después de la semana 20 de embarazo en mujeres que no tenían hipertensión antes del embarazo. Este trastorno aumenta el riesgo de bajo peso al nacer y parto prematuro. La preeclampsia también implica hipertensión después de las 20 semanas de embarazo, así como la presencia de proteínas en la orina, lo que puede ser un indicio de deterioro de los riñones. La preeclampsia puede avanzar a eclampsia, o convulsiones potencialmente mortales, en la madre.

Estudios anteriores han relacionado la presión arterial alta con la exposición a la contaminación atmosférica en la población general. Los investigadores han elaborado la teoría de que la exposición a la contaminación del aire también podría aumentar el riesgo de hipertensión gestacional y preeclampsia. Otros estudios han analizado el vínculo entre la contaminación atmosférica y la hipertensión gestacional y preeclampsia, pero sus resultados son contradictorios. Muchos de estos estudios han considerado que la preeclampsia y la diabetes gestacional constituyen esencialmente un mismo trastorno, y han analizado su vínculo con la contaminación del aire en ambos trastorno al mismo tiempo. Sin embargo, según señalaron los autores, los dos trastornos pueden tener diferentes causas, por lo que diseñaron su estudio para observar el posible vínculo entre los contaminantes atmosféricos y cada trastorno por separado.

Resultados

Los investigadores analizaron datos del Estudio de embarazos consecutivos en el contenido de Inglés, que incluyó a 50 000 mujeres en 20 hospitales de Utah e Idaho. Con los datos de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. y otras fuentes, se estimó que la exposición de las mujeres en diferentes momentos a contaminantes atmosféricos (como monóxido de carbono, plomo y dióxido de nitrógeno) y a 14 compuestos orgánicos volátiles en el contenido de Inglés (COV), que son sustancias químicas emitidas como vapores de determinados sólidos o líquidos.

En general, la exposición a niveles más altos de contaminantes atmosféricos en el segundo trimestre se asoció a un mayor riesgo de hipertensión gestacional. Por ejemplo, la exposición a dióxidos de nitrógeno aumentó el riesgo de hipertensión gestacional en un 17 %. La exposición al monóxido de carbono aumentó este riesgo un 14 %.

La exposición durante el embarazo a compuestos orgánicos volátiles aumentó el riesgo de preeclampsia, independientemente de cuándo ocurrió la exposición. Por ejemplo, la exposición al metil-t-butil éter (un aditivo de gasolina común) a los tres meses antes de la concepción aumentó el riesgo de preeclampsia un 23 %, mientras que la exposición en el primer trimestre aumentó el riesgo un 30 % y la exposición en el segundo trimestre aumentó el riesgo un 27 %.

Por el contrario, los niveles más altos durante la preconcepción y el primer trimestre de la mayoría de los contaminantes atmosféricos sin VOC en el estudio se asociaron a un menor riesgo de preeclampsia. Por ejemplo, una mayor exposición al monóxido de carbono en los tres meses anteriores a la concepción se asoció a un riesgo de preeclampsia 15 % más bajo. En el primer trimestre, se asoció a un riesgo de preeclampsia 12 % más bajo.

Importancia

Los autores concluyeron que la exposición a contaminantes atmosféricos puede influir en el riesgo de hipertensión gestacional y preeclampsia, pero de diferentes maneras. Por ejemplo, se cree que los contaminantes del aire causan la constricción de los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a hipertensión gestacional en mujeres que no se adaptan tan bien a los cambios en los vasos sanguíneos que ocurren durante el embarazo.

En contraste, se cree que la preeclampsia se produce cuando la placenta no puede desarrollar vasos sanguíneos de manera adecuada. En niveles bajos, el monóxido de carbono dilata los vasos sanguíneos y, por lo tanto, puede ayudar al desarrollo de los vasos sanguíneos placentarios, mientras que también presenta efectos potencialmente dañinos para el feto.

Próximos pasos

Los autores solicitaron más estudios para confirmar sus hallazgos y comprender los posibles efectos de las exposiciones a contaminantes comunes en el desarrollo de hipertensión gestacional y preeclampsia.

Referencia

Nobles, CJ, et al. Differential effect of ambient air pollution exposure on risk of gestational hypertension and preeclampsia. Hypertension. 2019. DOI: 10.1161/HYPERTENSIONAHA.119.12731.

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