Investigadores financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) piden la restauración de servicios o alternativas de apoyo.
QUÉ:
La pandemia de la COVID-19 ha afectado desproporcionadamente a las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo (IDD), según escriben los directores de la Red de Centros de Investigación de las Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (IDDRC) , un grupo nacional financiado por el Instituto Nacional de la Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de los NIH. El artículo fue escrito por John Constantino, Doctor en Medicina, Director de los IDDRC en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, junto con otros directores de los IDDRC y líderes de la Asociación de Centros Universitarios sobre Discapacidades. Aparece en el American Journal of Psychiatry.
Una gran cantidad de individuos con IDD que requieren ser atendidos en persona han perdido el apoyo de cuidadores capacitados y proveedores de servicios comunitarios debido a la pandemia. Los autores señalan que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y otras instituciones han emitido directrices para hogares grupales, escuelas y otros encargados del cuidado de personas con IDD. Es fundamental asegurarse de que, al regresar al trabajo, el personal médico aplique técnicas y procedimientos para proteger a sus clientes de infecciones, según escriben los autores. Además, las personas con IDD dependen de sus cuidadores y seres queridos para ayudarlos a reducir las brechas en sus habilidades intelectuales y de comunicación. En ausencia de este contacto humano, los autores piden asistencia y apoyo virtuales, de ser viable. Aquellos que no pueden beneficiarse de los soportes tecnológicos deben tener prioridad para recibir servicios en persona.
La suspensión de clases también afecta de manera desproporcionada a los niños con IDD, que a menudo requieren servicios educativos especiales, una mayor relación entre profesores y estudiantes e intervenciones especializadas, muchas de las cuales deben administrarse en persona, según señalan los autores. Es difícil para las familias asumir estas tareas y, siempre que sea posible, se debe movilizar a cuidadores personales calificados para satisfacer esta necesidad y apoyar los esfuerzos de los padres.
Además, las personas con IDD a menudo no pueden verbalizar sus síntomas durante las citas de telemedicina, y los médicos deben usar su mejor criterio para brindarles atención en persona de ser necesario, según los autores. El artículo enfatiza que las personas con IDD que están infectadas con COVID-19 deben recibir el mismo acceso a las pruebas y a la atención médica adecuada.
QUIÉN:
Melissa Parisi, Doctora en Medicina, jefa de la División de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo del NICHD, está disponible para realizar comentarios en inglés.
ARTÍCULO:
Constantino, et al. The impact of COVID-19 on individuals with intellectual and developmental disabilities: clinical and scientific priorities. The American Journal of Psychiatry. 2020.
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Acerca del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD): El NICHD lidera la investigación y la capacitación para comprender el desarrollo humano, mejorar la salud reproductiva, mejorar la vida de niños y adolescentes, y optimizar las habilidades para todos. Si desea más información, visite https://espanol.nichd.nih.gov.
Acerca de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH): NIH, la agencia de investigación médica de los EE. UU., incluye 27 institutos y centros, y es un componente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. NIH es la principal agencia federal que realiza y apoya investigaciones médicas básicas, clínicas y traslacionales, y que investiga las causas, los tratamientos y las curas para enfermedades comunes y raras. Para obtener más información sobre los NIH y sus programas, visite https://salud.nih.gov.