Las tasas de homicidios asociados con el embarazo en los EE. UU. (muertes que ocurren entre mujeres embarazadas o que habían estado embarazadas en el último año) aumentaron en 2020 durante la pandemia de COVID-19, según un estudio reciente financiado por el NICHD . En 2020, el riesgo de homicidio fue un 35% mayor para las mujeres embarazadas o en el posparto, en comparación con las mujeres en edad reproductiva que no estaban embarazadas ni en el posparto. Las tasas de homicidio fueron más altas entre las adolescentes y las mujeres negras, y la mayoría de los incidentes involucraron armas de fuego. Los hallazgos sugieren que los programas y políticas de prevención de la violencia en los Estados Unidos deberían abordar estos riesgos en el embarazo y después del parto.
Antecedentes
El homicidio es una de las principales causas de muerte entre las mujeres embarazadas y en posparto en los Estados Unidos, y durante la pandemia de COVID-19, las tasas de violencia con armas de fuego y de homicidio aumentaron entre el público en general. Antes de este estudio, se desconocía si la pandemia también influía en las tasas de homicidios relacionados con el embarazo.
El estudio fue realizado por Maeve Wallace, Ph.D., M.P.H., en la Universidad de Tulane. El trabajo fue financiado en parte por la iniciativa Implementing a Maternal Health and Pregnancy Outcomes Vision for Everyone (IMPROVE) de los NIH . A través de la iniciativa se apoya la investigación para reducir las causas prevenibles de muertes maternas y para mejorar la salud de las mujeres antes, durante y después del parto.
Resultados
La Dra. Wallace descubrió que la tasa de homicidios de 2020 para mujeres embarazadas o en posparto fue de 5.23 muertes por cada 100,000 nacidos vivos, mientras que la tasa de mujeres no embarazadas y en posparto fue de 3.87 muertes por cada 100,000 nacidos vivos. Esto significa que las mujeres embarazadas o en posparto tenían un riesgo 35% mayor de homicidio, en comparación con sus pares. En 2018 y 2019, las mujeres embarazadas y en posparto tenían un riesgo de homicidio un 16% mayor, en comparación con sus contrapartes no embarazadas, lo que indica que el riesgo asociado con el embarazo se duplicó durante el primer año de la pandemia de COVID-19.
De los 189 homicidios asociados con el embarazo en 2020, el 55% de las víctimas eran mujeres negras no hispanas y el 45% tenían 24 años o menos. Entre todos los incidentes, el 81% involucró armas de fuego y el 55% ocurrió en el hogar. El cincuenta y cuatro por ciento de las víctimas estaban embarazadas en el momento de su muerte, mientras que para las víctimas restantes había transcurrido hasta un año del parto. Según el estudio, estas tendencias son similares a las de años anteriores, y las adolescentes y mujeres negras sufren las tasas más altas de homicidio asociado con el embarazo.
Significado
Este estudio es el primer análisis nacional de homicidios asociados con el embarazo para 2020 e identifica factores de riesgo específicos, como la edad y la raza/etnicidad, que pueden abordarse a través de programas o políticas que busquen prevenir la violencia y las muertes maternas.
Referencia
Wallace, ME. Trends in pregnancy-associated homicide, United States, 2020. Am J Public Health DOI: 10.2105/AJPH.2022.306937 (2022)