Una técnica que utiliza luz infrarroja cercana para detectar los niveles de oxígeno en sangre en el cerebro y en el abdomen podría servir para vigilar la salud de los bebés prematuros que necesitan o reciben una transfusión de sangre, según sugiere un pequeño estudio financiado por los Institutos Nacionales de la Salud.
Los bebés con niveles de saturación de oxígeno en el cerebro inferiores al 50 % antes de la transfusión tenían más probabilidades de morir o de desarrollar un trastorno del desarrollo neurológico, en comparación con los bebés con niveles de oxígeno en el cerebro más elevados. Además, tras las transfusiones, la técnica detectó aumentos en los niveles de oxígeno cerebral, mientras que el método tradicional de monitorización de los niveles de oxígeno en sangre con un sensor dactilar de pinza no logró detectar ninguna mejora en los niveles de oxígeno en sangre.
El estudio fue realizado por investigadores financiados por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver de los NIH. Aparece en JAMA Network Open.
Antecedentes
Los bebés prematuros muy precoces (los que nacen antes de las 28 semanas de embarazo) corren un alto riesgo de anemia o recuento bajo de glóbulos rojos. La anemia en estos bebés puede provocar presión arterial baja, frecuencia cardíaca rápida, mayor riesgo de retrasos en el desarrollo neurológico o la muerte. Las causas de la anemia en este grupo incluyen la pérdida de sangre al nacer, la toma frecuente de muestras de sangre para pruebas médicas y la incapacidad de la médula ósea para producir suficientes glóbulos rojos.
La anemia en los bebés prematuros suele tratarse con una transfusión de glóbulos rojos. El volumen de glóbulos rojos que necesita un bebé se basa en una fórmula que tiene en cuenta su peso y su edad. Los estudios difieren en cuanto al volumen exacto de glóbulos rojos necesario para la transfusión.
Por ejemplo, laprueba de transfusión de prematuros (TOP) comparó las normas actuales de transfusión de hematíes para prematuros muy precoces con una norma con un volumen de hematíes ligeramente superior. No se encontraron diferencias en la supervivencia sin alteraciones del neurodesarrollo en los dos grupos de bebés que recibieron alguno de los tratamientos.
Para el estudio actual, los investigadores evaluaron los datos de un subconjunto de 101 de los 1824 bebés de la prueba TOP. Los bebés fueron monitorizados con espectroscopia de infrarrojo cercano durante la primera semana de vida o durante 48 horas tras la finalización de las transfusiones, lo que ocurriera primero. Esta técnica introduce luz infrarroja en los tejidos para controlar el flujo sanguíneo y los niveles de saturación de oxígeno. Los investigadores utilizaron la técnica para controlar los niveles de saturación de oxígeno en el cerebro y en el mesenterio, la membrana que conecta el intestino delgado con el abdomen. Los investigadores también utilizaron un pulsioxímetro, un sensor que suele colocarse en la palma de la mano o el talón de un bebé prematuro, para controlar la saturación de oxígeno en la sangre periférica.
Resultados
Tras la transfusión, la espectroscopia de infrarrojo cercano mostró que los niveles de saturación de oxígeno en el cerebro de los bebés que recibieron la transfusión de menor volumen aumentaron hasta una media del 4,8 %, frente al 2,7 % del grupo de mayor volumen. La saturación de oxígeno también aumentó en la sangre del mesenterio de los dos grupos. Aunque estas medidas no difirieron significativamente entre los grupos, proporcionaron más información sobre los niveles de saturación de oxígeno tras la transfusión, en comparación con la técnica de monitorización tradicional de utilizar el pulsioxímetro para medir los niveles periféricos de saturación de oxígeno.
Datos relevantes
Los autores concluyeron que el uso de la espectroscopia de infrarrojo cercano para medir la saturación de oxígeno en el cerebro y en el mesenterio de los bebés prematuros anémicos podría proporcionar una forma de observar su salud después de una transfusión.
Próximos pasos
Los autores solicitaron estudios más amplios de espectroscopia de infrarrojo cercano en bebés prematuros anémicos después de una transfusión para investigar si la técnica podría mejorar potencialmente la supervivencia sin deterioro del neurodesarrollo.
Referencia
Chock, VY et al. Tissue oxygenation changes after transfusion and outcomes in preterm infants: A secondary near-infrared spectroscopy study of the Transfusion of Prematures randomized clinical trial (TOP NIRS). JAMA Network Open. 2023.