El codesarrollador de la vacuna contra la Hemophilus influenzae tipo b había recibido el premio Lasker
John Bennet Robbins, MD, codesarrollador de una vacuna que ha salvado a miles de niños de una importante causa de muerte y discapacidad intelectual, falleció después de una larga enfermedad. Tenía 86 años.
El Dr. Robbins fue jefe del Laboratorio de Desarrollo e Inmunidad Molecular en el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver, parte de los Institutos Nacionales de la Salud, hasta su retiro en 2012. Junto con su colega, y, más tarde, codirectora de proyecto, Rachel Schneerson, MD, el Dr. Robbins recibió el Premio de Investigación Médica Albert Lasker en 1996 por desarrollar la vacuna conjugada de polisacárido-proteína contra la Hemophilus influenzae tipo B (Hib). El premio se otorga anualmente a quienes han realizado importantes contribuciones a la ciencia médica.
Hasta 1989, la Hib infectaba a unos 15,000 a 20,000 niños cada año en los Estados Unidos. La enfermedad puede progresar a meningitis, una infección potencialmente mortal de las membranas que rodean el cerebro. Aunque había tratamiento antibiótico efectivo disponible en ese momento, la infección por Hib ocasionaba 1,000 muertes al año. Otros 4,000 sobrevivientes experimentaron daños en el sistema nervioso que resultaron en discapacidad intelectual, sordera o convulsiones.
El recubrimiento de polisacárido, o cápsula, de la bacteria de Hib le permite pasar desapercibida por el sistema inmune inmaduro de un niño. Porter Warren Anderson, Ph.D., y David Hamilton Smith, MD, que compartieron el premio Lasker de 1996 con Robbins y Schneerson, desarrollaron una vacuna contra el polisacárido, pero no pudieron provocar una respuesta inmune suficiente para proteger a los bebés y niños pequeños de la infección. Los Dres. Robbins y Schneerson superaron este obstáculo al vincular o conjugar el polisacárido con una proteína.
La combinación fue fácilmente reconocida por el sistema inmune, que luego podría generar una respuesta efectiva contra el polisacárido. Desde el uso rutinario de la vacuna conjugada contra la Hib en 1990, los casos de Hib se han desplomado. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en 2015 hubo 8 casos de enfermedad de Hib por cada 100,000 niños menores de 5 años.
El Dr. Robbins obtuvo su título de MD en la Universidad de Nueva York. Fue nombrado primer Director Clínico del NICHD en 1970. En 1974, se unió a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, donde se desempeñó como director de la División de Productos Bacterianos, en la Oficina de Productos Biológicos. Regresó al NICHD en 1984 y estableció el Laboratorio de Inmunidad Molecular y de Desarrollo, para explorar métodos para desarrollar vacunas contra la Hib y otras bacterias encapsuladas. En los siguientes años, los Dres. Robbins, Schneerson y sus colegas desarrollaron una vacuna contra la tos ferina y trabajaron en vacunas conjugadas contra la fiebre tifoidea, la Staphylococcus aureus y otras enfermedades bacterianas.
Por su trabajo con la vacuna conjugada contra la Hib, el Dr. Robbins también recibió la Medalla de Oro Albert B. Sabin en 2001, el Premio Pasteur a la Iniciativa de Vacunas Infantiles de la Organización Mundial de la Salud (con la Dra. Schneerson) en 2006 y el Premio a la Salud Pública de la Fundación Príncipe Mahidol de Tailandia en 2017 (con los Dres. Anderson, Smith y Schneerson).
El Dr. Robbins se retiró del NICHD en 2012, luego de lo cual se unió brevemente a la facultad de la Escuela de Educación Biomédica Sophie Davis del City College of New York, antes de renunciar por razones de salud.
Le sobreviven su esposa, Joan; sus hijos, Daniel, Ellen y David; y nueve nietos.