Veronica Gomez-Lobo, M. D., directora de Ginecología Pediátrica y Adolescente (Pediatric and Adolescent Gynecology, PAG) del NICHD, comenzó su carrera como médica enfocada en el cuidado de poblaciones desatendidas. Aprovechar oportunidades interesantes la llevó a involucrarse en la educación médica y, más tarde, en la investigación científica.
Hoy, su puesto combina sus habilidades en investigación, enseñanza y atención clínica. Dirige un sólido programa de investigación del NICHD que explora la preservación de la fertilidad en poblaciones especiales, afecciones ginecológicas raras y otros temas de ginecología pediátrica. También dirige un programa de becas de PAG y atiende a pacientes en MedStar Washington Hospital Center (MWHC) y Children's National Health Systems.
Sus colegas y aprendices la describen como una cirujana experta, una líder en el desarrollo y el avance de la PAG como subespecialidad, una cuidadora compasiva y una excelente mentora.
“Ella no tomó una ruta tradicional para llegar a donde está hoy, y creo que eso es realmente importante”, dice Jacqueline Yano Maher, M.D. , médica del personal de la división de PAG del NICHD y directora del programa de preservación de la fertilidad femenina en Children's National Hospital. “Su carrera ilustra que hay muchos caminos hacia el éxito dentro de la medicina y la investigación”.
Un interés temprano en la medicina
Aunque la Dra. Gomez-Lobo no recuerda lo que despertó originalmente su interés en una carrera médica, este siempre fue su enfoque desde la infancia. “En primer grado nos preguntaron qué queríamos ser cuando fuéramos grandes. Yo dije que quería ser enfermera”, afirma. “A los 12 años, decía: ‘Quiero ser médica’”.
Los primeros años de la Dra. Gomez-Lobo se dividieron entre Alemania, donde su padre realizaba su doctorado en filosofía, y el Chile natal de sus padres. La familia vivía en Chile en 1973, cuando un golpe de estado puso fin al régimen democrático e instauró una dictadura militar. Se fueron poco después y finalmente se establecieron en Estados Unidos cuando la Dra. Gomez-Lobo estaba en sexto grado. Su padre consiguió un puesto como profesor de filosofía en la Universidad de Georgetown, mientras que su madre se concentró en criar a la Dra. Gomez-Lobo y sus tres hermanos.
Después de la secundaria, la Dra. Gomez-Lobo asistió a la Universidad de Georgetown. Durante su segundo año, fue aceptada en la Escuela de Medicina de Georgetown a través del programa Early Assurance de la universidad, lo que le permitió pasar su tercer año en el extranjero estudiando en la Frei Universität en Berlín, Alemania. Ella recibió su grado en Ciencias Químicas y comenzó la escuela de medicina en 1985.
Durante la escuela de medicina, desarrolló un gran interés en el cuidado de las poblaciones desatendidas. También conoció a su futuro esposo, su compañero de estudios, Thomas Fishbein, M. D. , a quien le asignaron un cadáver contiguo en el laboratorio. Después de recibir su doctorado en medicina en 1989, completó una pasantía en obstetricia y ginecología (OB/GYN) en la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia, seguida de una residencia en Tufts Medical Center en Boston. La Dra. Gomez-Lobo y el Dr. Fishbein se casaron durante su tercer año de residencia.
Un camino indirecto hacia una carrera de investigación
Después de la residencia, la Dra. Gomez-Lobo comenzó el “trabajo de sus sueños” brindando atención de obstetricia y ginecología en Cambridge Hospital, un pequeño hospital público en Massachusetts. Continuó su trabajo trabajando con grupos desatendidos durante los siguientes años, y se mudó varias veces para adaptarse a la floreciente carrera del Dr. Fishbein como cirujano de trasplantes. También comenzaron a hacer crecer su familia: le dieron la bienvenida a su primera hija, que ahora tiene 28 años, durante el segundo año de la Dra. Gomez-Lobo como médica tratante. En los años siguientes, tuvieron otra hija y un hijo, ahora de 25 y 21 años, respectivamente.
Criar a tres hijos en un hogar con dos médicos significaba que mi carrera era algo a lo que no siempre podía dedicarme plenamente”, dice la Dra. Gomez-Lobo. “Pero he logrado mucho. Lo importante es llegar a un lugar en el que estés entusiasmada con lo que estás haciendo”.
Aproximadamente una década después de su carrera como obstetra/ginecóloga, la Dra. Gomez-Lobo comenzó a sentirse atraída hacia la atención de poblaciones pediátricas y adolescentes. Establecerse en la naciente subespecialidad PAG implicó aprender muchas técnicas nuevas, incluida la cirugía pediátrica. Acostumbrada al campo predominantemente femenino de obstetricia y ginecología, experimentó un pequeño choque cultural cuando comenzó a trabajar con equipos quirúrgicos dominados por hombres. Aunque no experimentó sexismo manifiesto, recuerda que le resultó difícil equilibrar la necesidad de ser asertiva con los sentimientos de ser juzgada negativamente. También recuerda sentir dudas e inseguridades sobre sus habilidades. “Fue difícil. Cometes errores. A veces te sientes humillada”, afirma. “Pero seguí hablando con otros médicos, haciendo preguntas y aprendiendo. Y así es como superé esos obstáculos”.
La Dra. Gomez-Lobo reconoce que seguir caminos que le interesan también ayudó a que su carrera evolucionara de otras maneras. Mientras trabajaba en el St. Luke's Roosevelt Hospital en la ciudad de Nueva York, aceptó una invitación para servir como directora de residencia. Luego ocupó el cargo durante ocho años, en St. Luke's Roosevelt y Mount Sinai, donde descubrió su amor por capacitar a la siguiente generación de médicos, una pasión que sigue siendo fundamental para su trabajo en la actualidad.
En 2003, el Dr. Fishbein fue contratado en Georgetown y la familia se mudó a Washington, D.C. La Dra. Gomez-Lobo recuerda que inicialmente luchó por encontrar un trabajo en el que pudiera enseñar y atender a las personas más necesitadas. Al principio, dividió su tiempo entre Unity Health Care, una gran red de centros de salud comunitarios y MWHC. Aproximadamente un año después de llegar a la capital del país, conoció a un destacado empleado de Children's National Hospital en un evento social. Señaló que Children's National, que se encuentra al lado de MWHC, se beneficiaría de la experiencia de una ginecóloga pediátrica y la invitó a realizar consultas una vez al mes.
Durante los siguientes años, la Dra. Gomez-Lobo creó un gran programa de PAG en Children's National, donde ella y su equipo del NICHD continúan brindando atención clínica en la actualidad. En 2010, lanzó un programa de becas de PAG que ahora involucra a profesores del NICHD, Children's National y MWHC. La primera becaria del programa, Lauren Damle, M. D. , encontró la experiencia tan convincente que decidió permanecer en MWHC y Children's National después de su beca para continuar trabajando con la Dra. Gomez-Lobo.
“La Dra. Gomez Lobo me enseñó no solo medicina clínica, sino también lecciones invaluables sobre cómo atender a las pacientes y sus familias a nivel emocional”, dice la Dra. Damle, ahora médica asistente y profesora asistente de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown. “Nunca he conocido a un médico que esté más dedicado al bienestar general de sus pacientes que la Dra. Gómez-Lobo”.
Como parte de sus esfuerzos para avanzar en el campo de PAG, la Dra. Gomez-Lobo también se involucró más en la investigación científica. Como presidenta de la Sociedad Norteamericana de Ginecología Pediátrica y Adolescente (NASPAG) en 2016 y 2017, estableció un comité de investigación para fomentar la investigación de alta calidad entre los miembros de NASPAG y crear oportunidades de colaboración. El comité ahora financia pequeños premios de investigación, tiene un programa de tutoría para investigadores jóvenes y apoya aún más los esfuerzos de investigación a través de esfuerzos como la emisión de cartas de respaldo o la difusión de encuestas entre los miembros. La Dra. Gomez-Lobo también estableció un Consorcio de Investigación de Becarios (Fellows Research Consortium) que se encuentra vigente para permitir que los becarios trabajen en colaboración con pares y líderes para realizar investigaciones multicéntricas.
Encontrar un nicho científico
Los primeros proyectos de investigación de la Dra. Gomez-Lobo se centraron en la salud de las mujeres que habían recibido trasplantes de órganos sólidos, como hígados o riñones. Ella describe su participación en esta investigación como “muy oportuna”: mientras brindaba atención clínica a estas mujeres, vio la oportunidad de aprender más sobre una población que no había sido bien estudiada. Comenzó con una investigación cualitativa basada en encuestas y luego pasó a proyectos más complejos, como estudiar las respuestas inmunitarias a la vacuna contra el virus del papiloma humano entre las adolescentes receptoras de trasplantes . “No piensen en comenzar muy lo grande”, aconseja ahora a los científicos principiantes. “Comiencen de manera simple y sigan esos pasos”.
Las primeras experiencias de investigación de la Dra. Gómez-Lobo destacaron la necesidad de una investigación más profunda sobre cómo diversas afecciones médicas afectan la salud de las mujeres y las niñas. Desde entonces, ha contribuido a numerosos avances de investigación y es coautora de más de 100 publicaciones revisadas por pares . “Pero de lo que estoy más orgullosa es de dónde estoy ahora y de los escalones que mi equipo está creando”, afirma.
La Dra. Gomez-Lobo fue contratada para el NICHD en 2019, justo antes de que comenzara la pandemia de COVID-19. Ella y su equipo se mantuvieron ocupados durante los dos años siguientes sentando bases importantes, como redactar protocolos de investigación clínica y obtener las aprobaciones de la Junta de Revisión Institucional. También establecieron un banco de datos de imágenes de tejido ovárico , que sirve como un recurso de anatomía ovárica microscópica y un banco de muestras de tejido para la investigación.
Su grupo ahora lidera tres protocolos de investigación basados en sus experiencias como médica en ejercicio, incluida una evaluación de la congelación de tejido ovárico como una opción potencial para preservar la fertilidad entre las niñas jóvenes con afecciones raras que comprometen su función ovárica. Los investigadores también examinan el tejido para determinar las causas de los problemas de ovario en estas niñas.
En última instancia, el equipo de la Dra. Gomez-Lobo tiene como objetivo generar una descripción detallada del ovario humano sano, desde la anatomía general del órgano hasta un análisis de las células individuales. Estos hallazgos contribuirán a proyectos más grandes como el Atlas de Células Humanas y el Programa Atlas BioMolecular Humano (Human BioMolecular Atlas Program, HuBMAP) de los NIH y permitirán la comparación con los ovarios de personas que experimentan una pérdida acelerada de folículos, los pequeños sacos en los ovarios en los que crecen y maduran los óvulos.
“Nuestro trabajo en tejido ovárico humano tanto en poblaciones especiales como en individuos sanos mejorará la comprensión de la función ovárica típica y atípica”, dice la Dra. Gomez-Lobo. “Nuestros hallazgos pueden informar el desarrollo de tratamientos para mejorar la fertilidad futura en poblaciones especiales, así como nuestra comprensión de la fertilidad en las mujeres”.
Para acelerar el trabajo hacia estas metas, el equipo de la Dra. Gomez-Lobo convocó a un grupo de expertos para estandarizar la nomenclatura ovárica y describir mejor las regiones, estructuras y tipos de células dentro de los ovarios humanos. El grupo ha desarrollado un modelo tridimensional actualizado del ovario y detalló muchas de las características anatómicas microscópicas del órgano . También trabajan para refinar la clasificación de los tipos de folículos y ampliarla para incluir etapas de transición que ocurren durante el crecimiento y la maduración de los óvulos, así como formas y estructuras anormales. Al estandarizar la recolección de tejido ovárico, facilitar el seguimiento de los cambios en la estructura y función ovárica a lo largo del tiempo y facilitar las comparaciones entre individuos, su trabajo ayudará a avanzar en la investigación y el conocimiento de la salud reproductiva.
Pasando la batuta a la próxima generación
La tutoría es extremadamente importante para la Dra. Gomez-Lobo, ya que proporciona otra forma de hacer que la PAG se consolide como una subespecialidad clínica y un campo de investigación. “Es muy importante que la gente tome la batuta y avance al siguiente paso. Muchos de mis aprendices han llegado más lejos en sus carreras que yo”, señala con orgullo.
“Ella me animó a pensar en grande con mi carrera”, dice Allison Mayhew, M. D. , una graduada del programa de becas de PAG de los NIH que ahora se desempeña como directora de PAG en Children's National. “Ella me preparó con oportunidades de investigación y liderazgo que me permitieron crecer y explorar, y me pusieron en una trayectoria de crecimiento profesional”.
Las doctoras Maher y Damle concuerdan. “Desde el principio, ella me ha tratado como a un igual. Me ha ayudado activamente a avanzar en mi carrera y desarrollar mi nicho en la preservación de la fertilidad en niños y adolescentes”, dice la Dra. Maher, y agrega que la Dra. Gomez-Lobo le dio la oportunidad de hablar en reuniones científicas dentro de sus áreas de interés. La Dra. Damle recuerda que la Dra. Gomez-Lobo la ayudó a preparar su primer informe de caso y lo envió a la reunión anual de NASPAG.
“Puedes decir que ella realmente quiere lo mejor para ti”, agrega la Dra. Mayhew. “Ella tiene una gran habilidad para identificar fortalezas y ayudarte a perfeccionar tus habilidades y metas profesionales para alcanzar esas fortalezas. Ella es tu animadora”.
Aunque las necesidades de cada aprendiz son diferentes, la Dra. Gomez-Lobo siente que el compromiso es un indicador clave del éxito profesional. “Al final, el éxito tiene que ver con realmente querer hacer algo, ya sea investigación o atención clínica, y pedir ayuda y tratar de crecer”, dice ella.
La voluntad de pedir ayuda ayudó a la Dra. Gomez-Lobo durante las transiciones de su propia carrera. Algunos de los sentimientos de inseguridad que tenía cuando hizo la transición a PAG resurgieron cuando llegó por primera vez a los NIH como educadora clínica con una cartera de investigación modesta rodeada de colegas doctorados con laboratorios establecidos. “Me concentré en lo que sabía y en lo que era buena, y pedí ayuda sobre cosas que no sabía”, dice ella.
“La Dra. Gomez-Lobo realmente valora la colaboración como una forma de mejorar la ciencia”, dice la Dra. Maher. “Ella entiende la importancia de no estar aislada y de no tratar de reinventar la rueda cuando no es necesario”.
Además de mantener la curiosidad y aprender de los demás, la Dra. Gomez-Lobo aconseja a los científicos principiantes que seleccionen cuidadosamente a sus mentores. Un mentor debe ser accesible y estar dispuesto a intercambiar ideas contigo, señala, pero no necesariamente tienen que estar en el mismo campo. Cuando se involucró más en la investigación clínica, algunos de los mejores consejos que recibió provinieron de un nefrólogo (especialista en riñones).
La Dra. Gomez-Lobo también tiene mucha experiencia en el equilibrio de prioridades: como madre de tres hijos, esposa y médica científica de tiempo completo. Recuerda haber dicho “sí” a casi todas las solicitudes que recibió al principio de su carrera. “Cada cosa individual era pequeña, pero, en conjunto, se volvió muy estresante. Así que, ahora, cuando me siento estresada, corto el trabajo”, dice.
Ella alienta a sus alumnos a evaluar periódicamente su vida profesional y personal para identificar los factores estresantes y otras cosas que se pueden eliminar. Esta remoción puede significar rechazar ofertas para formar parte de comités científicos, o podría significar contratar un servicio para ayudar con la limpieza de la casa.
“La Dra. Gomez-Lobo me da excelentes consejos sobre cómo equilibrar el ser una médica y tener una familia”, dice la Dra. Maher, madre de dos niños pequeños. “Ella me ha ayudado a sentirme menos abrumada y a reconocer que solo hay un número limitado de horas en el día”.
Mirada al futuro
Para la Dra. Gomez-Lobo, mirar hacia adelante significa avanzar. Ella planea pasar la próxima década haciendo un progreso continuo en la definición de las características de los ovarios humanos sanos y aclarando los factores que subyacen a la pérdida de folículos en poblaciones especiales. Espera avanzar en el conocimiento sobre los efectos de ciertas quimioterapias en el ovario y los beneficios potenciales de la congelación del tejido ovárico para la fertilidad futura. También espera ver florecer a la próxima generación de médicos y científicos, incluidas sus dos hijas: una, estudiante de medicina, y la otra, residente.
Reflexionando sobre sus experiencias, la Dra. Gomez-Lobo señala que su camino ilustra cómo pueden ocurrir múltiples transiciones profesionales. “La gente no debería sentirse atada a un área”, aconseja. “Se abrirán nuevos caminos durante tu carrera. No los descuides por dudas o porque tengas una noción preconcebida de la dirección que debería seguir tu carrera”.