Actualmente, los únicos tratamientos efectivos para la BV son los antibióticos de venta con receta médica, entre ellos el metronidazol y la clindamicina.1,2,3,4 Estos medicamentos se administran por vía oral, es decir por boca, o como gel o crema que se insertan en la vagina con un aplicador.
Incluso si los síntomas comienzan a desaparecer, es importante completar todo el tratamiento para la BV debido a la probabilidad de recurrencia.
Los medicamentos de venta libre para tratar los problemas vaginales no son efectivos para tratar la BV.
La BV, ¿debe tratarse en las mujeres embarazadas?
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), las mujeres embarazadas con BV deben ser tratadas debido a los posibles riesgos de la BV para el feto.
Los riesgos de la BV durante el embarazo incluyen tener un bebé prematuro (antes de las 37 semanas de gestación) y tener un bebé con peso bajo al nacer (por lo general, 5,5 libras o menos).
Los CDC recomiendan que las mujeres embarazadas se hagan una prueba —y un tratamiento, de ser necesario— si tienen síntomas de BV.
Además, los CDC recomiendan que todas las mujeres embarazadas que alguna vez hayan tenido un parto prematuro o dado a luz un bebé con peso bajo consideren realizarse un examen de BV independientemente de si tienen síntomas o no.
Algunas investigaciones muestran que tratar la BV en las mujeres embarazadas no reduce el riesgo de parto prematuro. Se necesitan estudios adicionales para entender mejor estos resultados.5