Además de la incapacidad de concebir dentro del período de tiempo establecido o la incapacidad de dar a luz un bebé vivo, en la mayoría de los casos la infertilidad no tiene otros síntomas externos.
La evaluación de la fertilidad del hombre incluye buscar signos de deficiencia hormonal, como mayor grasa corporal, menor masa muscular y menor cantidad de vello facial y corporal. La evaluación también incluye preguntas sobre los antecedentes médicos del hombre, incluidas lesiones pasadas en los testículos o el pene, fiebres altas recientes y enfermedades de la infancia como las paperas.1Un examen físico también permite identificar problemas como una infección, una hernia o el varicocele. Un proveedor de cuidado de la salud también le podría pedir al hombre una muestra de semen para evaluar la salud y la calidad del esperma. Otras pruebas incluyen medición de las hormonas en la sangre, biopsia testicular o evaluación genética.2
Los tratamientos para la infertilidad masculina pueden basarse en la causa subyacente del problema o, en el caso de un problema no identificado, se podrían recomendar tratamientos basados en la evidencia que mejoran la fertilidad. Los tratamientos incluyen cirugía para corregir o reparar anormalidades anatómicas o daños en los órganos reproductores, el uso de procedimientos médicos para insertar esperma en la mujer, fecundación del óvulo en un laboratorio, y uso de un tercero para la donación de esperma u óvulos y/o para llevar a término un embarazo. Los medicamentos pueden tratar algunos problemas que afectan la fertilidad masculina, entre ellos los desequilibrios hormonales y la disfunción eréctil. La cirugía puede ser efectiva para reparar obstrucciones en los conductos que transportan el esperma. También se puede usar la cirugía para reparar el varicocele.2 Las tecnologías de reproducción asistida, como la fecundación in vitro, pueden ser efectivas si otros tratamientos no logran restablecer la fertilidad.
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