Hablamos de intimidación cuando una persona o un grupo muestra una agresión no deseada a otra persona.1 Para ser considerada intimidación, el comportamiento en cuestión debe ser agresivo.2 El comportamiento también debe incluir un desequilibrio de poder (por ejemplo, fuerza física, popularidad, acceso a detalles vergonzosos sobre una persona) y debe ser repetitivo, es decir que ocurra más de una vez o tenga muchas probabilidades de repetirse.2
La intimidación puede ser2:
- Física: puñetazos, golpes, patadas o empujones; robar, esconder o dañar las pertenencias de otra persona; forzar a otro a hacer cosas en contra de su voluntad.
- Verbal: tomar el pelo, ponerle apodos o insultar a otra persona; amenazar a otra persona con hacerle daño físico; divulgar rumores o dichos falsos sobre otra persona.
- Relacional: negarse a hablarle o excluir a alguien; alentar a otras personas a intimidar a alguien.
La intimidación también incluye la intimidación cibernética y la intimidación en el lugar de trabajo.
- La intimidación cibernética ha aumentado con el creciente uso de las redes sociales, Internet, el correo electrónico y los dispositivos móviles.3 A diferencia de la intimidación más tradicional, la intimidación cibernética puede ser más anónima y ocurrir de forma casi constante.3 Una persona puede ser víctima de intimidación cibernética de día o de noche, por ejemplo, cuando abre su correo electrónico, usa Facebook u otra red social, o incluso cuando usa su teléfono celular.3
- La intimidación en el lugar de trabajo se refiere al comportamiento adulto agresivo de manera repetida, que incluye el uso de poder sobre otra persona en el lugar de trabajo.4 Pueden aplicarse leyes determinadas para los adultos a fin de ayudar a evitar este tipo de violencia en el lugar de trabajo. Lea más sobre la violencia ocupacional y las leyes para evitarla en el sitio de los CDC.