Buena parte de las investigaciones del NICHD sobre la conducción se centran en los factores de riesgo que tornan a los conductores jóvenes más propensos a tener accidentes. Investigadores de la División de Investigación Intramuros sobre la Salud de la Población (DIPHR por sus siglas en inglés) han explorado estos temas durante varios años y realizado diversos estudios sobre las conductas de riesgo y los riesgos de accidentes.
En el Estudio Naturalista de Conducción Adolescente (NTSD por sus siglas en inglés), investigadores de la DIPHR colocaron sistemas de monitoreo en los automóviles de 42 nuevos conductores adolescentes de Virginia y recolectaron datos sobre su conducta al conducir durante 18 meses. El análisis de los datos mostró que:
- Las tasas de "conductas de riesgo al conducir" de los adolescentes (como frenar de manera brusca o acelerar con rapidez) eran cinco veces más altas que las de los adultos del estudio, y los adolescentes eran cuatro veces más propensos a tener un accidente o casi tener un accidente con sus automóviles.
- La conducción arriesgada puede verse influida por cuestiones sociales; los accidentes o casi accidentes eran un 96% más altos en los adolescentes que tenían "amigos arriesgados".
- Tener pasajeros adultos en el automóvil disminuía la tasa de accidentes de los conductores adolescentes en un 75%, mientras que tener un pasajero adolescente en el vehículo disminuía la tasa de conducción arriesgada en un 18%.
- Un patrón de conductas de riesgo al conducir aumenta la probabilidad de tener o casi tener un accidente.
Otros estudios de los datos del NTSD observaron la tasa de accidentes o casi accidentes en un período de tiempo más largo, la influencia de la propiedad del vehículo y la tasa de frenadas bruscas.
En un estudio aparte, investigadores de la DIPHR analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Transportes en el Hogar de los Estados Unidos (NHTS por sus siglas en inglés) sobre accidentes automovilísticos mortales de adolescentes y descubrieron que quienes corrían el riesgo más alto de tener accidentes mortales eran los conductores de sexo masculino de entre 16 y 20 años.
Investigaciones financiadas por el NICHD también observaron otros factores de riesgo de la conducción adolescente como el género, el consumo de alcohol y la conducción distraída. Un estudio descubrió que la participación de mujeres en accidentes mortales ha aumentado con el paso del tiempo, en especial en el caso de las menores de 20 años. Esto se debe, en parte, a un aumento de la conducción arriesgada por parte de las jóvenes adolescentes.
Los investigadores también descubrieron que las mujeres eran menos propensas que los hombres a verse involucradas en accidentes no mortales relacionados con el alcohol, pero que no había diferencia por género relacionada con la fatiga o las maniobras inadecuadas. Un estudio separado descubrió que, en una pista de pruebas, los conductores adolescentes eran menos propensos a observar y responder a los peligros en la calle que los conductores experimentados.
El NICHD también invierte en soluciones para mejorar la seguridad de los conductores adolescentes. Investigadores del NICHD desarrollaron el Programa de Puntos de Control — un programa de educación de conductores que alienta a los padres a supervisar a sus hijos adolescentes que conducen y a ser modelos de buenas conductas al conducir. Los padres y los adolescentes acuerdan una serie de restricciones para ayudar al adolescente a desarrollar buenas habilidades al conducir con el paso del tiempo. Estas limitaciones incluyen una prohibición inicial de conducir por la noche. Una vez al mes se reúnen a fin de evaluar periódicamente el grado de habilidad del adolescente y eliminar restricciones según corresponda.
La evaluación de varios estudios realizados por investigadores del DIPHR mostró que los "puntos de control" son efectivos. Por ejemplo, los padres que recibieron materiales sobre los puntos de control estaban más al tanto de los riesgos que corren los adolescentes al conducir, eran más propensos a tener un acuerdo detallado con sus hijos adolescentes respecto a la conducción y a imponer restricciones sobre la conducción cuando hay condiciones climáticas adversas u otras situaciones que lo ameriten.
Otra investigación mostró que los programas como las licencias escalonadas, en las que los nuevos conductores reciben privilegios gradualmente con el paso del tiempo, pueden reducir la tasa de accidentes automovilísticos mortales. Investigaciones financiadas por el Departamento de Dinámica Poblacional (PDB por sus siglas en inglés) del NICHD descubrieron que limitar el otorgamiento de licencias reduce los accidentes mortales en entre un 8% y un 14%; el mayor beneficio se adjudica a las restricciones respecto a la conducción nocturna y a llevar pasajeros adolescentes.
Otras investigaciones sobre la conducción apoyadas por el NICHD examinan el dejar de conducir voluntariamente por parte de los adultos mayores, entre otros estudios sobre la conducción en el transcurso de la vida. Esta investigación descubrió que los conductores de más edad con frecuencia dejan de conducir por cuestiones económicas más que de salud, y que hay diferencias significativas por raza y género en las razones de dejar de conducir en los adultos mayores. (PMID: 22574868 y PMID: 22992714 )
Lea información adicional sobre los estudios sobre los riesgos al conducir apoyados por el NICHD .