Estudio del efecto del estrés social en las conductas alimentarias

Una joven con sobrepeso sentada a una mesa y mirando por una ventana.

Los adolescentes, sobre todo las chicas, son vulnerables a los factores de estrés social. Una teoría propone que la pérdida de control de la alimentación –la experiencia de ser incapaz de controlar qué o cuánto se come– es el resultado de un afrontamiento poco saludable del estrés social, como ser excluido o criticado por los compañeros. Los estudios han sugerido que las niñas con pérdida de control de la alimentación podrían tener respuestas cerebrales atípicas a las amenazas sociales.

  • El Laboratorio Yanovski en el contenido de Inglés aplicó una novedosa herramienta de imagen cerebral denominada magnetoencefalografía para ampliar este trabajo previo. Examinaron los vínculos entre la activación cerebral como consecuencia de las amenazas sociales y la posterior ingesta de alimentos en el contenido de Inglés entre 34 chicas adolescentes con sobrepeso u obesidad. Las personas participantes del estudio realizaron una exploración de imágenes basada en tareas en la que respondían a imágenes de caras enojadas, felices o neutras. Luego, se les ofreció una comida abundante.
  • Las pruebas con imágenes mostraron que las chicas que presentaban pérdida de control de la alimentación reaccionaban con mayor intensidad a las caras enojadas en la corteza visual del cerebro que las chicas que no presentaban esta pérdida. En todas las participantes, las señales de amenaza social, como una cara enojada, provocaban respuestas atenuadas en la corteza dorsolateral prefrontal (dlPFC) izquierda, una región del cerebro implicada en el control ejecutivo y la regulación, es decir, los procesos mentales que permiten a las personas planificar, centrar la atención, recordar y realizar múltiples tareas. Las relaciones entre estas respuestas cerebrales y la ingesta calórica durante la comida de prueba no fueron concluyentes.
  • Los hallazgos sugieren que es posible que las chicas con sobrepeso u obesidad no activen de forma productiva las regiones cerebrales implicadas en los procesos ejecutivos. Esta dificultad podría estar relacionada con patrones de conducta, como la pérdida de control de la alimentación, que pueden provocar un aumento excesivo de peso.

Entre los autores del artículo del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD) se encuentran Meghan E. Byrne, Marian Tanofsky-Kraff, Megan N. Parker, Bess F. Bloomer, Sheila M. Brady y Jack A. Yanovski.

Obtenga más información sobre el grupo de Endocrinología del Desarrollo, Metabolismo, Genética y Oncología Endocrina: https://www.nichd.nih.gov/about/org/dir/affinity-groups/DEMG-EO en el contenido de Inglés