Comprensión de los efectos a largo plazo de las experiencias adversas en la infancia

Una joven lleva una mochila mientras está sentada en un banco del parque, con las rodillas recogidas bajo la barbilla.

Las experiencias adversas en la infancia, como la pobreza, la inestabilidad familiar y la separación de los padres pueden tener un impacto duradero en la salud y el desarrollo de una persona. Identificar estos efectos puede ayudar a informar políticas, programas e intervenciones personalizadas para optimizar los resultados de los niños que han experimentado acontecimientos adversos.

Las investigaciones previas sobre estos vínculos se han centrado principalmente en los resultados sociales o de salud mental negativos, incluyendo el intento de suicidio, el comportamiento sexual de riesgo y la violencia. La mayoría de estos estudios se basan en datos retrospectivos que informan los adultos en etapas posteriores de su vida. Los estudios también tienden a centrarse en el número de acontecimientos adversos o en un único tipo de adversidad, a pesar de que los niños a menudo experimentan simultáneamente varios tipos distintos de dificultades.

En un estudio dirigido por el Dr. Jing Yu de la División de Ciencias Sociales y del Comportamiento de NICHD, los investigadores abordaron las brechas de conocimiento en el contenido de Inglés evaluando datos prospectivos recopilados durante la primera infancia de más de 46 000 personas. El equipo se interesó específicamente por los efectos a largo plazo de la adversidad temprana sobre la mortalidad hasta la edad adulta media. Identificaron patrones comunes de exposición a adversidades en la primera infancia, y descubrieron lo siguiente:

  • La pobreza infantil combinada con el hacinamiento en la vivienda se asoció con un 41 % más de riesgo de muerte prematura.
  • La pobreza temprana en combinación con la separación de uno de los progenitores se asoció con un aumento del 50 % de la muerte prematura.
  • Aquellos que experimentaron dureza y negligencia por parte de los padres tenían un riesgo 16 % mayor de muerte prematura.
  • Aquellos que experimentaron inestabilidad familiar tenían un riesgo 28 % mayor de muerte prematura.
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Los resultados pueden ayudarnos a comprender mejor las ramificaciones a largo plazo de las experiencias de la primera infancia en la salud y el bienestar, y contribuir a los esfuerzos para desarrollar mejores intervenciones que puedan tanto reducir la exposición a la adversidad en la infancia como promover la salud a largo plazo de los niños que la experimentaron.

Obtenga más información sobre la División de Ciencias Sociales y del Comportamiento: https://www.nichd.nih.gov/about/org/dir/dph/officebranch/sbsb en el contenido de Inglés