Los tratamientos del cáncer infantil suelen incluir quimioterapia y radioterapia, que pueden dañar los tejidos reproductivos. En las niñas, estos tratamientos provocan una afección denominada fallo ovárico prematuro (POI), que conduce a la infertilidad. Sin embargo, un procedimiento llamado criopreservación del tejido ovárico puede ayudar a preservar la fertilidad futura y suele ofrecerse en los hospitales pediátricos de Estados Unidos. Antes de iniciar el tratamiento contra el cáncer, se extirpa un ovario, se congela y se almacena, y el tejido se vuelve a injertar cuando la paciente es mayor y no tiene cáncer.
Investigadores del Laboratorio Gómez-Lobo dirigieron el primer estudio para evaluar los resultados clínicos tras el tratamiento contra el cáncer y los procedimientos de preservación de la fertilidad. (El estudio incluyó datos de los tres mayores programas de criopreservación de tejido ovárico pediátrico de Estados Unidos, pero no tuvo la potencia suficiente para detectar diferencias estadísticas). El equipo del estudio comprobó las tasas de POI entre las niñas que optaron por la criopreservación del tejido ovárico y las que no lo hicieron antes de someterse a trasplantes de médula ósea. El equipo del estudio halló tasas similares de POI entre ambos grupos y que las tasas de POI eran, en general, más bajas de lo esperado. Los resultados confirman que la criopreservación de tejido ovárico es una opción segura con bajas tasas de complicaciones quirúrgicas.
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