Los niños que nacen prematuros, antes de las 37 semanas de embarazo, tienen un mayor riesgo de sufrir retrasos en el desarrollo. Identificar este riesgo desde el principio puede provocar intervenciones que mejoren los resultados para los niños. Actualmente, la edad gestacional (es decir, la duración de un embarazo) se estima en función del último período menstrual con confirmación mediante ecografía.
En un estudio de la Rama de Epidemiología 
, los investigadores probaron si las mediciones alternativas de la edad gestacional, llamadas relojes epigenéticos, son beneficiosas para evaluar el riesgo de retrasos en el desarrollo. Estos relojes miden un tipo de etiqueta genética llamada metilación del ADN, que puede proporcionar más información sobre la madurez biológica que una medida del tiempo en el útero por sí sola.
El equipo del estudio descubrió que tanto la medición clínica actual de la edad gestacional como los relojes epigenéticos se pueden utilizar para evaluar los riesgos de retraso en el desarrollo. Por ejemplo, las probabilidades de cualquier retraso en el desarrollo entre los nacimientos en el estudio fueron entre un 19 y un 26 % menores por cada aumento adicional de una semana medido por el reloj epigenético. El equipo también encontró que la diferencia entre la medición clínica y la medición epigenética, llamada aceleración de la edad gestacional, no estaba asociada con retrasos en el desarrollo. Si bien los investigadores pensaban que esta medición podría estar asociada con el desarrollo, en los hallazgos se sugiere que no es una herramienta útil para evaluar el riesgo adicional. Las investigaciones adicionales en estas áreas pueden mejorar la precisión de las estimaciones de la edad gestacional mediante el estudio del impacto a largo plazo en la salud infantil.
Obtenga más información sobre la Rama de Epidemiología: https://www.nichd.nih.gov/about/org/dir/dph/officebranch/eb
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