La privación de sueño, ya sea por no destinar suficientes horas para dormir de forma regular o debido a problemas físicos o mentales que impiden un sueño reparador, provoca síntomas evidentes, como por ejemplo:1
Sensación de somnolencia durante el día.
Normalmente quedarse dormido apenas 5 minutos después de acostarse en la cama por la noche.
Echar "cabezaditas", que son episodios de sueño muy breves mientras se está despierto.
La privación de sueño puede afectar claramente el desempeño de las personas, incluida su capacidad de pensar con claridad, reaccionar con rapidez y crear recuerdos. La privación de sueño también afecta el estado de ánimo y contribuye a la irritabilidad, los problemas de relacionamiento —en especial en niños y adolescentes— y la depresión.2 La privación de sueño también puede aumentar la ansiedad.3
El sueño es importante para la salud general; un sueño inadecuado se asocia con diversos problemas de salud. Las investigaciones muestran que no dormir lo suficiente o dormir mal aumenta el riesgo de tener presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.2,4,5,6
La privación de sueño también puede ser muy peligrosa. En una prueba realizada a personas privadas de sueño donde debían conducir en un simulador o realizar tareas que requerían la coordinación mano-ojo, sus resultados fueron igual de malos o peores que los de las personas intoxicadas.7 Según el Departamento Nacional de Transporte, conducir con somnolencia causa 1.500 muertes y 40.000 lesiones no fatales por año.8
La privación de sueño magnifica el efecto del acohol en el organismo. Una persona fatigada que bebe se verá más afectada que una persona bien descansada.1
Talbot, L. S., McGlinchey, E. L. , Kaplan, K. A., Dahl, R. E., & Harvey, A. G. (2010). Sleep deprivation in adolescents and adults: Changes in affect. Emotion, 10, 831-841.
Taheri, S., Lin, L., Austin, D., Young, T., & Mignot, E. (2004). Short sleep duration is associated with reduced leptin, elevated ghrelin, and increased body mass index. PLoS Medicine, 1(3), 210-217.
Gangwisch, J. E., Malaspina, D., Boden-Albala, B., & Heymsfield, S. B. (2005). Inadequate sleep as a risk factor for obesity: Analyses of the NHANES I. Sleep, 28,1289-1296.
Spiegel, K., Knutson, K., Leproult, R., Tasali, E., & Van Cauter, E. (2005). Sleep loss: A novel risk factor for insulin resistance and type 2 diabetes. Journal of Applied Physiology, 99, 2008-2019.
Williamson, A. M., & Feyer, A. M. (2000). Moderate sleep deprivation produces impairments in cognitive and motor performance equivalent to legally prescribed levels of alcohol intoxication. Occupational and Environmental Medicine, 57(10), 649-655.
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). (4 de marzo de 2013).Insufficient sleep is a public health epidemic. Obtenido el 21 de marzo de 2013 dehttps://www.cdc.gov/sleep/about