Un parto por cesárea, también llamado cesárea, es el parto quirúrgico de un bebé a través de un corte o una incisión quirúrgica en el abdomen y el útero de una mujer. Una vez que se retira al bebé del útero, se cierra el útero y el abdomen con puntos de sutura que luego se disuelven1.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., en 2015, el 32% de los nacimientos fueron por cesárea, la tasa más baja desde 2007. Entre 1996 y 2008, el número de partos por cesárea aumentó en un 72%2.
El parto por cesárea puede ser necesario en las siguientes circunstancias1,3:
- El trabajo de parto no progresa. Es posible que las contracciones no abran el cuello uterino lo suficiente para que el bebé ingrese a la vagina para el parto.
- La salud del bebé está en peligro. El cordón umbilical, que conecta al feto con el útero, puede quedar comprimido, o el feto puede tener una frecuencia cardíaca anormal. En estos casos, un parto por cesárea permite que el bebé nazca de manera rápida para abordar y resolver los problemas de salud que presente.
- El bebé está en la posición equivocada. La mayoría de las veces, cuando esto ocurre, el bebé está volteado o en invertido, lo que significa que saldrían primero los pies del bebé en lugar de la cabeza. El bebé también puede estar en una posición transversal (lateral) u oblicua (diagonal).
- La mujer embarazada dará a luz a dos o más fetos (embarazo múltiple). Se puede necesitar un parto por cesárea si el trabajo de parto ha comenzado demasiado temprano (trabajo de parto prematuro), si los fetos no están en buenas posiciones dentro del útero para el parto natural, o si hay otros problemas.
- El bebé es demasiado grande. Los bebés más grandes están en riesgo de complicaciones durante el parto. Estas incluyen la distocia de hombros, cuando la cabeza del bebé sale por la vagina pero los hombros están atascados4. Las mujeres con diabetes gestacional, especialmente si sus niveles de azúcar en la sangre no están bien controlados, tienen un mayor riesgo de tener bebés grandes.
- La placenta tiene problemas. A veces, la placenta no se forma o no funciona de manera correcta, se encuentra en el lugar equivocado del útero o se implanta demasiado profunda o firmemente en la pared uterina. Estos problemas pueden causar complicaciones, como evitar que el oxígeno y los nutrientes necesarios lleguen al feto, o causar un sangrado vaginal5.
- La madre tiene una infección, como el VIH o el herpes, que podría transmitirse al bebé durante el parto vaginal. El parto por cesárea podría ayudar a prevenir la transmisión del virus al bebé.
- La madre tiene una afección médica específica. Un parto por cesárea permite que el proveedor de atención médica maneje mejor los problemas de salud de la madre.
Las mujeres que tienen un parto por cesárea pueden recibir medicamentos para aliviar el dolor con un bloqueo epidural, un bloqueo espinal o una anestesia general. Un bloqueo epidural adormece la parte inferior del cuerpo a través de una inyección en la columna vertebral. Un bloqueo espinal también adormece la parte inferior del cuerpo, pero a través de una inyección directa al líquido cefalorraquídeo. Las mujeres que reciben anestesia general, que se suele usar para partos por cesárea de emergencia, no estarán despiertas durante la cirugía1.
El parto por cesárea es un tipo de cirugía, por lo que tiene riesgos y posibles complicaciones tanto para la madre como para el bebé.
Los posibles riesgos de un parto por cesárea incluyen los siguientes1:
- infecciones;
- pérdida de sangre;
- coágulos de sangre en las piernas, órganos pélvicos o pulmones;
- lesiones en las estructuras circundantes, como el intestino o la vejiga;
- reacciones a la medicación o anestesia utilizada.
Es importante tener en cuenta que estos riesgos también se aplican, en cierta medida, al parto vaginal.
Una mujer que tiene un parto por cesárea también puede tener que permanecer en el hospital más tiempo que una mujer que ha tenido un parto vaginal.
Mientras más cesáreas tenga una mujer, mayor será el riesgo de ciertos problemas médicos y problemas con futuros embarazos, como la rotura uterina y problemas con la placenta6.
Algunas mujeres pueden querer tener un parto por cesárea, incluso si pueden realizar el parto vaginal. Las mujeres deben discutir sus opciones en detalle con su proveedor de atención médica antes de tomar una decisión sobre un tipo de parto. La decisión debe considerar el impacto del parto no solo en el embarazo actual, sino también en futuros embarazos. El método de parto más seguro tanto para la madre como para el feto es un parto vaginal sin complicaciones.
Independientemente del tipo de parto, salvo que haya una necesidad médica, el parto no debe ocurrir antes de las 39 semanas de embarazo (llamado "parto a término"). Mire este video para saber por qué es importante para la salud de la madre y el bebé esperar hasta al menos 39 semanas de embarazo para realizar el parto, salvo que haya una razón médica para hacerlo antes.
Citas
- American College of Obstetricians and Gynecologists. (2015). FAQ: Cesarean birth (C-section). Retrieved February 17, 2017, from https://www.acog.org/womens-health/faqs/cesarean-birth
- Centers for Disease Control and Prevention. (2017). Births: Final data for 2015. National Vital Statistics Reports, 66(1). Retrieved February 20, 2017, from https://www.cdc.gov/nchs/data/nvsr/nvsr66/nvsr66_01.pdf (PDF 1.95 MB)
- American College of Obstetricians and Gynecologists. (2014; reaffirmed 2016). Safe prevention of the primary cesarean delivery. Obstetric Care Consensus No. 1. Obstetrics and Gynecology, 123, 693–711. Retrieved February 28, 2017, from http://www.acog.org/Resources-And-Publications/Obstetric-Care-Consensus-Series/Safe-Prevention-of-the-Primary-Cesarean-Delivery
- Chatfield, J. (2001). ACOG issues guidelines on fetal macrosomia. American Family Physician, 64(1), 169–170.
- American College of Obstetricians and Gynecologists. (2016). FAQ: Bleeding during pregnancy. Retrieved February 20, 2017, from http://www.acog.org/Patients/FAQs/Bleeding-During-Pregnancy
- Spong, C. Y., Berghella, V., Wenstrom, K. D., Mercer, B. M., & Saade, G. R. (2012). Preventing the first cesarean delivery: Summary of a joint Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development, Society for Maternal-Fetal Medicine, and American College of Obstetricians and Gynecologists Workshop. Obstetrics & Gynecology, 120(5), 1181–1193.