Las STD/STI presentan riesgos especiales para las mujeres embarazadas y sus bebés.
Si una madre tiene una STD/STI, es posible que el feto o el recién nacido se contagien la infección. Algunas STD/STI, entre ellas la clamidia, la gonorrea, el herpes genital y el citomegalovirus, pueden transmitirse de la madre al bebé durante el parto, cuando el bebé pasa a través del canal de parto infectado. Algunas STD/STI, entre ellas la sífilis, el VIH y el CMV, pueden infectar al feto antes de nacer, durante el embarazo.1 Es importante que una mujer embarazada se haga pruebas de detección de STD/STI, incluido el VIH/SIDA y la sífilis, como parte de los cuidados prenatales.
Realizar pruebas de detección de STD/STI como parte de los cuidados prenatales puede determinar si una mujer embarazada o su pareja sexual tienen una infección que podría curarse mediante un tratamiento con medicamentos. Un tratamiento temprano disminuye las probabilidades de que el bebé contraiga la enferemdad.2 Si bien no todas las STD/STI tienen cura, la mujer embarazada y su profesional de la salud pueden tomar medidas para proteger a la madre y a su bebé.
Para disminuir las probabilidades de que determinadas STD/STI se transmitan al bebé durante el parto, el profesional de la salud podría recomendar un parto por cesárea.
En la mayoría de los hospitales, los ojos de los bebés suelen recibir un tratamiento de rutina con un ungüento antibiótico poco después de nacer. Esto es para prevenir la ceguera debido a la exposición a las bacterias de la gonorrea o a la clamidia durante el parto, si la mujer embarazada tenía una infección no detectada.
Las STD/STI durante el embarazo también pueden causar2:
- Aborto natural
- Embarazo ectópico (cuando el embrión se implanta fuera del útero, generalmente en una de las trompas de Falopio)
- Trabajo de parto y parto prematuros (antes de completar las 37 semanas de embarazo)
- Peso bajo al nacer
- Defectos de nacimiento, entre ellos ceguera, sordera, deformidades en los huesos o discapacidad intelectual
- Nacimiento de un niño muerto
- Enfermedad del recién nacido (primer mes de vida)
- Muerte del recién nacido
Las STD/STI son de especial importancia durante el embarazo y presentan un riesgo significativo para la salud del feto:
- VIH/SIDA. El VIH puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, antes del nacimiento, durante el parto o después de nacer, durante el amamantamiento.3
- Gonorrea. Si una mujer embarazada tiene una infección por gonorrea, puede transmitir la infección al bebé cuando pasa por el canal de parto. Esta infección puede causar al bebé infecciones en los ojos, neumonía o infecciones en las articulaciones o la sangre. Tratar la gonorrea en las mujeres embarazadas tan pronto como se detecte disminuye el riesgo de transmisión.2
- Clamidia. Al igual que la gonorrea, la infección por clamidia al momento del parto puede provocar infecciones en los ojos o neumonía en el bebé.4 Sin embargo, la infección por clamidia durante el embarazo también se vio asociada a un riesgo mayor de parto prematuro y las complicaciones que éste conlleva.5
- Herpes genital. Las mujeres embarazadas que han contraído el virus del herpes genital en una etapa tardía del embarazo tienen entre 30% y 60% de probabilidad de infectar al bebé. El riesgo de infección es particularmente alto durante el parto. Las infecciones por herpes en los recién nacidos son graves y pueden provocar la muerte. Las infecciones por herpes durante el embarazo o al momento del parto pueden causar daño cerebral, ceguera y lesiones en otros órganos.
- Si una mujer embarazada tuvo herpes genital en el pasado, existen medicamentos que puede tomar para reducir las probabilidades de un brote y, por lo tanto, reducir el riesgo del bebé.
- Si una mujer tiene úlceras de herpes activas cuando comienza el trabajo de parto, es posible realizar una cesárea para reducir las probabilidades de que el bebé entre en contacto con el virus.3
- Virus de la hepatitis B. Si una mujer contrae el virus de la hepatitis B durante el embarazo, el virus también puede infectar al feto. Las probabilidades de que esto ocurra dependen del momento en que la madre fue infectada. Si la madre contrae la infección en una etapa temprana del embarazo, las probabilidades de que el virus afecte al feto son del 10%. Sin embargo, si la infección ocurre en una etapa tardía del embarazo, el riesgo aumenta al 90%. La hepatitis B puede ser grave en los bebés y puede causar la muerte. También puede provocar cicatrices en el hígado, insuficiencia hepática y cáncer, lo que podría ser mortal en hasta el 25% de los casos. Además, los recién nacidos infectados tienen un riesgo muy alto de convertirse en portadores del virus de la hepatitis B y pueden transmitir la infección a otros.
- En algunos casos, si una mujer está expuesta a la hepatitis B durante el embarazo, puede hacer un tratamiento con un anticuerpo especial para disminuir la probabilidad de que contraiga la infección. Todos los niños sanos deben vacunarse contra la hepatitis B para estar protegidos de por vida contra el virus.6 Los bebés nacidos de mujeres que tenían una infección de la hepatitis B (antígeno de superficie de la hepatitis B positivo) en curso también deben recibir globulina hiperinmune para la hepatitis B lo antes posible después del parto.
- Citomegalovirus (CMV). El CMV es un virus común presente en muchos fluidos corporales que puede transmitirse a través del contacto personal cercano, como un beso o compartir cubiertos, así como a través del contacto sexual. El virus es común en la población general y no suele causar problemas de salud. Sin embargo, si una mujer embarazada contrae el virus por primera vez durante el embarazo, el riesgo de que se lo transmita al bebé es alto. Desafortunadamente, una mujer embarazada puede no enterarse de que tiene la infección y, de esa manera, transmitir el virus al bebé.7 El CMV en los bebés puede provocar enfermedades graves, discapacidades duraderas e incluso la muerte.8 Se estima que cada año nacen en los Estados Unidos 40.000 bebés infectados por el CMV, lo que causa aproximadamente 400 muertes y 8.000 discapacidades permanentes, como pérdidas de audición o visión, o discapacidades intelectuales.9 Actualmente no se recomienda una prueba de detección de rutina del CMV durante el embarazo. Los investigadores están buscando tratamientos para el CMV y también vacunas para tratar de prevenir nuevas infecciones durante el embarazo y reducir el riesgo de transmisión al bebé.