El NICHD se dedica a ayudar a los niños a desarrollarse, desde que nacen, en su paso por la escuela y después.
Un estudio dirigido por el NICHD exploró las relaciones entre la depresión materna durante el embarazo y el desarrollo infantil. Los investigadores hallaron que los episodios de estrés o depresión maternos durante el embarazo se asocian con modificaciones químicas en los genes de la placenta. Las modificaciones incluyen metilación del ADN —unión de compuestos conocidos como grupos metilo al ADN—, lo cual puede alterar la actividad de los genes. Algunos de los cambios de metilación asociados con la depresión materna ocurrieron cerca de genes que participan en el desarrollo cerebral. Los investigadores pidieron que se realicen estudios a largo plazo para determinar si los cambios epigenéticos en la placenta pueden afectar los resultados de salud mental de los niños.
Las investigaciones del NICHD también sirven para asegurarse de que los bebés prematuros —los que nacen antes de las 34 semanas de gestación— tengan el mejor inicio posible de su vida. En un estudio apoyado por el NICHD se informó que el ciclo estándar de antibióticos que se administran a los bebés prematuros al nacer no altera significativamente el crecimiento de organismos microbióticos (en inglés) en el intestino durante las primeras dos semanas de vida. Los investigadores habían especulado que la suspensión de los antibióticos permitiría el desarrollo del microbioma de los bebés y que eso se traduciría en mejores resultados clínicos. Sin embargo, el equipo del estudio no halló diferencias entre los bebés que recibieron el tratamiento antibiótico estándar y los que no lo recibieron. Ambos grupos tuvieron composiciones parecidas del microbioma y resultados clínicos parecidos. Los hallazgos sugieren que la práctica estándar actual no perjudica el microbioma en desarrollo del bebé.
Otro equipo de investigación analizó la el tiempo que pasan frente a la pantalla los niños que nacieron extremadamente prematuros (antes de las 28 semanas de gestación). Los investigadores hallaron que pasar más de dos horas frente a la pantalla por día a los 6 y a los 7 años se asoció con problemas de atención, impulsividad, resolución de problemas y déficits de IQ. Asimismo, los niños que nacieron extremadamente prematuros y que tenían un televisor o una computadora en su dormitorio también fueron más propensos a tener problemas de control de impulsos y para prestar atención. Los hallazgos sugieren que un tiempo prolongado frente a la pantalla puede asociarse con déficits cognitivos y problemas de conducta frecuentes en niños que nacieron extremadamente prematuros.
En otro estudio apoyado por el NICHD, se informó que un programa de visitas a domicilio puede reducir la incidencia del maltrato infantil. Los investigadores hallaron que un programa de visitas a domicilio breves realizadas por personal de enfermería poco después del nacimiento —llamado Family Connects— puede aportar beneficios a la niñez temprana, al reducir las tasas de maltrato infantil y uso de atención médica de emergencia. En comparación con familias que recibieron los servicios habituales para recién nacidos, las familias del programa de visitas a domicilio Family Connects del condado de Durham (NC) tuvieron un 33% menos de visitas a la sala de emergencias, en promedio, y un 39% menos investigaciones por maltrato infantil para cuando los niños cumplieron los 5 años. Los hallazgos sugieren que programas de este tipo podrían beneficiar a los niños de todo el país.
En otro estudio financiado por el NICHD, las madres de bajos ingresos de Pittsburgh y Nueva York que recibieron capacitación en las visitas regulares al médico antes de que sus hijos cumplieran los 6 meses, fueron más propensas a informar que hablaban con sus hijos, jugaban con ellos y les leían en voz alta en comparación con las que no recibieron capacitación. Las interacciones grabadas también tuvieron calificaciones más altas de calidad. Como parte del programa Smart Beginnings, los capacitadores grabaron videos de interacciones entre las madres y los hijos con un libro o un juguete en el consultorio del médico e hicieron comentarios a las madres para ayudarlas a fomentar el crecimiento cognitivo, lingüístico, social y emocional de los hijos. Con encuentros programados para las visitas de control habituales del bebé, este programa es un enfoque eficiente y rentable para reducir las desigualdades en cuanto a la preparación para el ingreso a la escuela, según los autores del estudio.
El NICHD también apoya investigaciones para promover la salud y el desarrollo de los adolescentes. En un estudio se evaluó un programa de prevención de la violencia en las citas (en inglés) llamado Fourth R. En una muestra de escuelas medias de Texas, los estudiantes de séptimo grado que tuvieron clases de salud con contenido de Fourth R sobre mantener relaciones saludables, evitar el consumo de sustancias y el hostigamiento, y sobre resolución de conflictos fueron menos propensos a informar que agredieron físicamente a una pareja un año después del programa en comparación con estudiantes de escuela que tuvieron el programa de salud estándar. El estudio fue la primera evaluación del programa Fourth R para ese grupo etario. Las investigaciones adicionales ayudarán a determinar los posibles efectos a largo plazo del programa cuando los estudiantes hagan la transición a la escuela secundaria.
En general, las investigaciones del NICHD ayudan a proteger la salud física y el bienestar los integrantes más jóvenes de la sociedad.