El NICHD ha proporcionado pruebas científicas rigurosas para mejorar la comprensión de los efectos de las vacunas contra el COVID-19. Proporcionar a las personas más información sobre qué esperar después de la vacunación puede ayudarlas a tomar decisiones y posiblemente reducir las dudas sobre la vacunación.
Por ejemplo, un estudio con el financiamiento del NICHD en el que participaron más de 2,000 parejas descubrió que la vacunación contra el COVID-19 no afectaba las posibilidades de concepción. El estudió no mostró diferencias importantes en las tasas de concepción por ciclo menstrual entre las parejas que no estaban vacunadas y las parejas en las que al menos uno de los miembros había recibido por lo menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19. Los investigadores observaron una disminución a corto plazo de la fertilidad masculina entre las parejas en las que el varón había dado positivo para la infección por SARS-CoV-2 dentro de los 60 días de un determinado ciclo menstrual. Estos resultados sugieren que la infección por SARS-CoV-2, pero no la vacunación contra el COVID-19, puede reducir temporalmente la fertilidad masculina. Los resultados pueden tranquilizar a las parejas que buscan embarazarse y ayudar a los médicos que asesoran a pacientes que esperan concebir.
A principios de la pandemia, las investigaciones con el respaldo del NICHD ayudaron a establecer que la vacuna contra el COVID-19 era segura y eficaz durante el embarazo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan ahora la vacunación contra el COVID-19 a todas las personas a partir de los 6 meses de edad, incluidas las embarazadas. Este año, el NICHD financión un pequeño estudio que indicó que la vacunación contra el COVID-19 durante el embarazo también puede ayudar a proteger a los bebés durante los primeros 6 meses de vida. En comparación con los bebés nacidos con madres que habían tenido COVID-19 durante el embarazo, aquellos cuyas madres estaban vacunadas tenían muchas más probabilidades de tener anticuerpos contra el SARS-CoV-2, lo que constituye otro incentivo para vacunarse.
Otro pequeño estudio, financiado como parte de la iniciativa para predecir la gravedad de la enfermedad inflamatoria asociada a virus en niños mediante diagnósticos de laboratorio e inteligencia artificial (PreVAIL kIds) que dirigió el NICHD, sugirió que la vacunación contra el COVID-19 es segura para los niños que han padecido el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). El MIS-C —una inflamación grave del corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos, los órganos gastrointestinales u otras partes del cuerpo— aparece en una pequeña proporción de niños a las 4 o 6 semanas después de haber tenido o haber estado expuestos al COVID-19. No se comprende bien esta afección, y se temía que la administración de vacunas contra el COVID-19 a quienes habían padecido MIS-C pudiera desencadenar una inflamación grave o la reaparición de MIS-C. Los resultados sugieren que vacunar contra el SARS-CoV-2 a los niños que han padecido MIS-C podría reducir el riesgo de que vuelvan a tener COVID-19, sin aumentar el riesgo de reaparición del MIS-C o una inflamación grave.
El NICHD también trabajó rápidamente para abordar los informes anecdóticos de cambios menstruales tras la vacunación contra el COVID-19 y concedió un total de $1.67 millones de dólares a cinco instituciones. Un amplio estudio internacional que fue financiado a través de esta iniciativa vinculó la vacunación contra el COVID-19 con un aumento promedio de la duración del ciclo menstrual de menos de un día , lo que confirma los resultados del estudio estadounidense anterior que el NICHD apoyó. En el caso de la mayoría de las participantes en el estudio, el aumento se resolvió en el ciclo menstrual justo después de la vacunación. Los resultados sugieren que los cambios en la duración del ciclo menstrual tras la vacunación son menores y temporales.