El compromiso del NICHD de mejorar la salud de los bebés incluye realizar estudios sobre cómo el embarazo y los tratamientos posparto afectan la salud en general.
Los investigadores del NICHD identificaron genes relacionados con la placenta que regulan el peso al nacer . El peso de un bebé al nacer puede tener consecuencias a largo plazo: un peso bajo al nacer afecta a la supervivencia durante el período neonatal, y un peso alto al nacer puede elevar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas en el futuro. Los análisis del equipo identificaron vías genéticas funcionales en la placenta, a menudo excluidas de los recursos de expresión génica de un tejido específico. Los genes diana se enriquecieron ampliamente en las vías cardiometabólicas, de respuesta inmunitaria y hormonales. Los estudios de seguimiento podrían ayudar a identificar dianas terapéuticas para mejorar los resultados del crecimiento fetal y el futuro estado de salud.
En otro estudio, científicos con el apoyo del NICHD desarrollaron un método que no es invasivo para predecir la infección congénita por citomegalovirus (CMV). Aproximadamente 5 de cada 1,000 bebés en los Estados Unidos nacen con CMV. Aunque la mayoría de los bebés con CMV congénito no desarrollan problemas de salud a largo plazo, la infección puede causar pérdida de audición y otros efectos neurológicos que pueden provocar discapacidades de por vida. La "calculadora" del equipo del estudio puede ayudar a estimar el riesgo de que una infección por CMV pase al feto durante el embarazo. Las estimaciones personalizadas del riesgo de infección congénita por CMV pueden ayudar a las embarazadas y a sus proveedores de atención médica a tomar decisiones sobre si someterse a pruebas más invasivas, como la amniocentesis para detectar la infección fetal por CMV, o considerar la terapia antiviral.
La investigación sobre los bebés extremadamente prematuros puede ayudar a optimizar su supervivencia y salud a largo plazo. Un estudio informó de la mejora en las tasas de supervivencia de los bebés extremadamente prematuros que nacieron dentro de la Red de Investigación Neonatal del NICHD, que incluye 19 centros en todo el país. El equipo descubrió que la tasa de supervivencia había aumentado del 76% al 78.3%. Casi el 49% de los bebés sobrevivientes no presentaba deficiencias en el neurodesarrollo o presentaba solo deficiencias leves; el 29% presentaba deficiencias moderadas y el 21% presentaba deficiencias graves. Otro equipo de investigación descubrió que la hidrocortisona no prevenía las complicaciones pulmonares en los bebés extremadamente prematuros. Descubrieron que la hidrocortisona no era más eficaz que el placebo para prevenir los daños provocados por la oxigenoterapia y la ventilación mecánica, que son necesarias para mantener con vida a los bebés prematuros.
Los investigadores del NICHD también descubrieron que las puntuaciones de desarrollo eran más altas en los bebés que nacen más tarde en los embarazos a término. En promedio, las puntuaciones en las pruebas de desarrollo fueron más bajas en los bebés que nacen antes en el rango de un embarazo a término (de 37 a 41 semanas) que en los que nacen más tarde dentro del rango. La pequeña diferencia en las puntuaciones, que se manifestó por primera vez a los 8 meses de edad, se prolongó hasta los 7 años. Los resultados pueden tener implicaciones para las actuales directrices clínicas que recomiendan a los médicos evitar la inducción del parto por razones que no sean médicas antes de la 39a semana de embarazo. Los resultados en el desarrollo pueden mejorar aún más si se espera al parto espontáneo.
Con el financiamiento del NICHD, investigadores encuestaron a proveedores de atención médica para determinar hasta qué punto abordan temas sobre la transición a la edad adulta con pacientes con TEA que no tienen discapacidad intelectual. En promedio, los proveedores de atención médica iniciaban estas conversaciones cuando los pacientes tenían alrededor de 16 años, pero más de la mitad de ellos estaban “algo” o “un poco” cómodos con las conversaciones. Casi todos los profesionales trataron al menos un tema relacionado con la atención médica, el bienestar y la salud mental, mientras que las conversaciones relacionadas con las necesidades básicas fueron pocas. Los resultados sugieren que una preparación deficiente para estas conversaciones entre los proveedores de atención médica puede retrasar o limitar estas conversaciones tan necesarias. Para solucionar esta deficiencia, los proveedores de atención médica necesitan mejores recursos y formación para satisfacer las necesidades de sus pacientes.