La fisioterapia incluye actividades y ejercicios que desarrollan habilidades motoras y mejoran la fuerza, la postura y el equilibrio.
Por ejemplo, este tipo de terapia busca ayudar a los niños a desarrollar control muscular y fuerza para que pueda jugar con otros niños con más facilidad.
Los problemas con los movimientos son comunes en las personas con trastorno del espectro autista (ASD, por sus siglas en inglés), por lo que muchos niños con autismo reciben fisioterapia.1 Sin embargo, todavía no hay evidencia sólida de que determinadas terapias puedan mejorar las habilidades para realizar movimientos en las personas con autismo.2,3
Puede usar el sitio web de la Asociación Estadounidense de Fisioterapia para hallar un fisioterapeuta cerca de su hogar.