El personal del hospital generalmente utiliza uno de dos métodos para la prueba de audición. Ambos son rápidos (5 a 10 minutos) y seguros.1
- Emisiones otoacústicas (Otoacousticemissions, OAE). Esta prueba determina si ciertas partes del oído del bebé responden al sonido. Se colocan un audífono y un micrófono miniatura en el oído y se reproducen sonidos. Si el bebé tiene audición normal, el micrófono capta un eco reflejado en el canal auditivo. Si no se detecta un eco, significa que podría haber pérdida de audición.
- Respuesta auditiva del tronco encefálico (Auditory brain stem response, ABR). Esta prueba evalúa el tronco encefálico auditorio ─la parte del nervio auditivo que transporta el sonido del oído al cerebro─ y la respuesta del cerebro al sonido. Se colocan audífonos miniatura en el oído y se reproducen sonidos. Se colocan electrodos (conductores eléctricos pequeños y pegajosos) en la cabeza del bebé para detectar la respuesta del cerebro a los sonidos. Si el cerebro del bebé no responde de manera consistente a los sonidos, podría haber un problema de audición.
En algunos casos, el personal del hospital realizará una oximetría de pulso para medir qué cantidad de oxígeno hay en la sangre del bebé. La oximetría de pulso generalmente se realiza al menos 24 horas después del nacimiento. El personal del hospital coloca un sensor sobre la piel del bebé durante unos minutos, y el sensor mide el nivel de oxígeno en la sangra a través de la piel.
Un bajo nivel de oxígeno en sangre podría indicar que un recién nacido tiene problemas cardíacos. La oximetría de pulso puede ayudar a identificar a los bebés que tienen una afección denominada enfermedad cardíaca congénita crítica (critical congenital heart disease, CCHD) .1 Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 25% de los bebés con enfermedad cardíaca congénita (que se presenta en el momento del nacimiento) tiene una CCHD.2 Existe evidencia que demuestra que la atención médica permite que más bebés con CCHD sobrevivan. Un estudio descubrió que el 83% de los bebés con una CCHD que nacieron entre 1994 y 2005 sobrevivió al menos un año. Solo el 67% de los bebés nacidos entre 1979 y 1992 con una CCHD vivió hasta el año.3
Algunos estados requieren una segunda prueba de sangre que repita el conjunto inicial de pruebas de detección.
- La primera prueba de detección se realiza entre las 24 y 48 horas después de que nazca el bebé; lo ideal sería antes de que el bebé abandone el hospital. Para algunas afecciones, la prueba de detección no tiene validez si la sangre se extrae dentro de las primeras 24 horas posteriores al nacimiento.
- La segunda prueba de detección se realiza cuando el bebé tiene entre 10 días y 2 semanas, para garantizar que el proveedor de atención médica obtenga los resultados más precisos posible.